Miles de mexicanos desplazados por la violencia generada por el crimen organizado han abandonado el occidente del país para llegar a la fronteriza Tijuana, donde buscan ingresar a Estados Unidos para obtener asilo y ayuda humanitaria.
Flujos migratorios recientes como el de ucranianos y haitianos no han permitido visibilizar esta situación, según expresan este martes a Efe activistas, quienes advierten un problema «muy grave» en estados como Michoacán, donde ha arreciado la violencia de los cárteles del narcotráfico.
“Hay muchos núcleos familiares en los que vienen mamás, papás y hasta cuatro niños con ellos (…) Siguen con esa situación porque la violencia no se ha terminado en algunas regiones y porque siguen con la esperanza de poder cruzar”, expresó a Efe José María García Lara, director de la asociación Movimiento Juventud 2000.
En México hay un registro histórico de más de 356.000 personas desplazadas de forma interna por la violencia, con casi 10.000 de ellas en 2020, según la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH).
Autoridades michoacanas informaron que, de acuerdo a sus estadísticas, desde hace un año y medio a Tijuana han llegado cerca de 4.500 desplazados tan solo de ese estado, pero asociaciones locales que reciben a migrantes dijeron a Efe que ellos contabilizan más de 15.000 durante el mismo periodo.
García Lara expuso que desde 2021 Tijuana ha recibido “mucha comunidad de desplazados por una violencia extrema generada por el crimen organizado”.
Esto contrasta con las declaraciones del gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, quien el mes pasado en una visita en Tijuana señaló que “la gran mayoría de los migrantes salieron por violencia de género o violencia contra las mujeres”.
Los desplazados en los albergues de Tijuana aseguraron que abandonaron sus hogares porque los cárteles los amenazaron, mataron o secuestraron a algún familiar, o les cobraban cuotas a cambio trabajar.
María Rodríguez, una mujer desplazada, dijo a Efe que ellos no pretenden regresar a sus lugares de origen porque “hay una guerra allá” y la mayoría de las madres tienen hijos adolescentes a quienes han amenazado por no sumarse a los grupos delictivos.
Otra de las madres, que prefirió el anonimato, dijo que “allá se apropiaron de nuestras propiedades, hay mucho secuestro, muchas desapariciones, hay muchas guerras porque entre ellos (grupos delictivos) se pelean las plazas y no queremos regresar porque la mayoría de los que estamos aquí (en Tijuana) estamos amenazados de muerte”.
Enrique Lucero Vázquez, director de Atención al Migrante en Tijuana, compartió a Efe que actualmente en todos los albergues de la ciudad el 50 % de los migrantes son mexicanos que han sido desplazados, la gran mayoría del estado de Michoacán.
“Hemos visto que el flujo sigue, ya se están tomando acciones por parte del Gobierno de Michoacán y se hizo un convenio para encontrar soluciones, primero para evitar que se siga generando más éxodo y para los que están aquí ver cómo apoyarlos en su situación porque algunos van a querer cruzar (a Estados Unidos)”, dijo. EFE