En la situación borrascosa nacional es difícil evitar que las sociedades locales sean arrastradas por el torrente de la descomposición institucional, la corrupción y la violencia delincuencial.
Cuenca no está libre de esta amenaza, pero logró constituirse a lo largo de su historia en una comunidad con mayor compromiso ciudadano, organización y sanidad social en un entorno natural privilegiado.
Lastimosamente, Cuenca viene contagiándose de actitudes negativas que se las veía lejanas, la mediocridad fue imponiéndose a la calidad, la sumisión a la altivez, el silencio cómodo a la voz orientadora, el populismo a la planificación, la vanidad del poder a la mística de servicio, la destrucción de la naturaleza a la preservación de la vida, la política del negocio a la política del bien común, la conducta abusiva a la buena vecindad, la contaminación a la limpieza, la arbitrariedad a la legalidad.
Por ello ante un ambiente nacional plagado de corrupción, con banqueros inmorales premiados, liberación de delincuentes, femicidios, violencia contra niños, masacres carcelarias, sicariato, narcotráfico, enfrentamiento de mafias y banqueros, pugna de poderes y ruindad política, Cuenca debe unirse para no ser arrastrada por lo que algunos llaman el narco Estado, narco democracia, Estado fallido o más sencillamente la podredumbre moral, y demostrar que otra forma de vida pública es posible, recobrar nuestra presencia y autoestima como una comunidad cantonal con rostro ético.
Frente a esta situación Cuenca debe hacer un esfuerzo extraordinario para proteger la calidad de vida de sus habitantes, fortalecer sus empresas públicas e instituciones, defender su patrimonio natural y cultural, construir gobernabilidad democrática, hacer efectiva la autonomía política, la descentralización, la autodeterminación de su proyecto de vida local, alcanzar eficiencia en la administración pública y mejorar los servicios públicos.
Es urgente construir colectivamente barreras para prevenir la corrupción, el deterioro de la salud pública, evitar desastres naturales, la destrucción de páramos, bosques, reservas de agua, alimentación, proteger la seguridad de Cuenca e impedir la migración de la delincuencia o albergar delincuentes de otras regiones en Cuenca. (O)