Su cortometraje intitulado “Chimborazo” fue seleccionado por la biblioteca del Festival de Cannes luego de haberlo creado en un máster, ¿cómo recibió esa noticia?
Sí, es un corto de estudiante que lo saqué al estudiar el máster de animación de la Universidad Politécnica de Valencia. Y lo que pasa es que se presentan diferentes ideas y al final se hacen cinco proyectos por año, entonces mi idea fue una de las seleccionadas, y fue algo que empezamos a realizar desde el 2019 y hemos terminado en enero, y ahora mismo ha empezado la etapa de difusión del corto. Para nuestra suerte nos está yendo bastante bien. Tenemos esta selección en Cannes que no era una proyección, pero sí estábamos seleccionados en una categoría muy específica.
- … A pesar de haber terminado recién el corto, hay una buena distribución, que es algo necesario para un cortometraje.
- Parece que a la gente le está gustando el corto. También ganamos en un programa del Ayuntamiento de Valencia que selecciona seis cortos al año. Y el nuestro está dentro de esa selección que es un programa muy importante porque va a distribuir por un año a festivales de Europa y del resto del mundo. Y es bastante bueno para nosotros.
- La distribución es vital para los cortometrajes y las películas, ¿qué esperan ahora de ello?
- La vida de los cortometrajes muchas veces se acaba muy rápido. A veces alguna plataforma puede llegar a tenerlo. Con la distribución el corto se puede llegar a conocer porque creo que la historia es la que está conectando a la gente, es una historia universal, pero creo que conecta mucho más a la gente de Latinoamérica. Nos gustaría que se distribuyese en Latinoamérica.
- La historia que usted escribió está basada en el último hielero del Chimborazo, Baltazar Ushca. ¿Por qué?
- Era una forma de rendirle honor porque la tradición de los hieleros peligra. Ya que ahora mismo no es necesario subir al glaciar del Chimborazo para conseguir hielo, y solo queda una persona haciendo esto. Es algo que va a pasar, pero nos da pena. Entendemos que es parte de la vida que se pierdan tradiciones, pero es importante conservarlas en la memoria a través del arte. Contamos su historia, la del hombre que, a pesar de su edad, se levanta todos los días para conseguir hielo del nevado y luego venderlo. A esto le agregamos el cambio climático porque el final es bastante apocalíptico. El crecimiento desmedido de la ciudad, y cómo el cambio climático empieza a ahogar al Chimborazo.
- Ha vuelto a Ecuador, ¿cómo ve el trabajo de la animación en el país?
- Creo que hay bastante industria de 3D, pero 2D es casi nula. Yo creo que se está comenzando. El Ministerio de Cultura está tratando de motivar a la gente, porque al final es una industria que crece bastante y se está volviendo muy importante alrededor del mundo. Lamentablemente es una industria muy pequeña aquí, pero creo que se está intentado mejorar la situación.
- ¿Qué vendrá ahora?
- Una de las cosas que quiero hacer con la animación es rescatar nuestra identidad. Muchas veces, las cosas que nos pasan como país no nos permite darnos cuenta de lo maravilloso e inspirador que puede llegar a ser lo que nos rodea. Entonces como proceso de creadora es darme cuenta de esto. Me gustaría enfocarme lo que haga, en ese proceso de conciliación de lo que somos. (AWM)-(I)