Se gradúan en la Escuela de la Agricultura Familiar Campesina.
Un grupo de 13 agricultores de la comunidad Pamar Chacrín son los primeros del cantón Sígsig en certificarse en producción sustentable e integral. Esto hizo que el pasado martes dejen de trabajar por unas horas en el campo para vestirse con sus mejores galas y asistir a su acto de investidura.
En la cancha de uso múltiple del sector les esperaba el viceministro de Desarrollo Rural, Pablo Weber. La autoridad les colocó el birrete que simbolizó el haber terminado la Escuela de la Agricultura Familiar Campesina (AFC), en la modalidad de Comunidades de Aprendizaje.
Se trata de tres hombres y diez mujeres de la Asociación de Desarrollo Productivo Pamar Chacrín, que se creó desde hace más de una década, quienes aspiran con los conocimientos adquiridos a reinventar sus labores agrícolas. La capacitación duró unas 40 horas, distribuidas en algo más de tres meses mediante clases teóricas como prácticas.
Asimismo, desean transmitir sus aprendizajes al resto de familias de la comunidad, situada en la parroquia rural de San Bartolomé, en los límites con el cantón Cuenca.
Los productores, de entre los 30 hasta 70 años de edad, conocieron sobre como perfeccionar sus conocimientos ancestrales a la par de la innovación tecnológica y una adecuada comercialización.
Labor
La comunidad Pamar Chacrín se caracteriza por amplias hectáreas de terrenos cubiertas por una variedad de hortalizas. Aquí la señal de celular e internet resulta intermitente dependiendo de la operadora.
Nelson Sabgay, uno de los graduados, apunta a que la agricultura va más allá de cultivar y vender. “Los nuevos conocimientos cambiaron mi mentalidad. Hoy vemos que incluso los agroproductores debemos manejar las relaciones públicas con los clientes. El campesino no debe ser la última rueda del coche, tiene que estar preparado en como producir y comercializar”.
La asociación viene trabajando desde hace algún tiempo en un laboratorio propio, donde crean microrganismos para recuperar la tierra. Sabgay, de 52 años de edad, aseguró que lo aprendido en la escuela les ayuda a potenciar este trabajo.
Los esposos Julia Cañar y Luis Saguay, de 48 y 52 años de edad, respectivamente, también formaron parte de los graduados. Una de las falencias en su actividad agrícola ha sido por años la comercialización debido al abuso de intermediarios.
Julia, madre de cinco hijos, dijo que aprendió que se debe valorar los productos. “Todo inicia desde que se siembra, el cuidado del cultivo sin fertilizantes químicos y la cosecha para llegar al vínculo con los compradores”.
El certificado que recibieron estos productores del Sígsig garantiza que sus productos son netamente orgánicos. Así, no afectan la salud de los consumidores. (BPR)-(I)
DETALLE
El acto de graduación del pasado martes también contó con la presencia de autoridades cantonales y parroquiales del Sígsig, así como de familiares de los productores.
Proyecto emblemático
El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) impulsa la Escuela de la Agricultura Familiar Campesina (AFC) como uno de los proyectos emblemáticos.
Giordano Torres, director Distrital de MAG en Azuay, explicó que se manejan diversos módulos de capacitación para una producción sostenible e integral, donde se relacionan aspectos científicos, ancestrales y modernos en la producción. Se fundamenta el intercambio de experiencias.
El objetivo es fomentar los sistemas alimentarios locales, diversificados y con condiciones favorables de comercialización, convirtiéndose en un factor estratégico para el desarrollo rural.
Se prevé que actividades similares continúen a favor de otras asociaciones de productores de la provincia del Azuay. (I)