Para quienes hacemos opinión pública, nuestra primera obligación es trasmitir los anhelos, la percepción ciudadana frente a las necesidades más sentidas. Por ello decimos estos últimos años y más aún en estos días se escucha repetidamente la expresión ¡Qué pena por ETAPA!
Y es que los reconocimientos por su calidad y cobertura del agua, saneamiento y el cuidado de las cuencas menguaron considerablemente. El déficit en la gestión financiera de cada año es mayor y la intromisión política se ha repetido en las últimas administraciones municipales conduciendo al deterioro en la calidad de los servicios y no hay recursos para expandirlos. Directivos son nominados por afinidades partidistas o personales.
¡Pero que se tengan cinco gerentes de agua potable y alcantarillado en tan solo un año, nunca había ocurrido! Iniciándose por Fabián Cazar profesional con sólida formación y experiencia afín, seguido de Antonio Sigüenza, Inés Luzuriaga, Pablo Rengel y ahora Josué Larriva. Situación preocupante pues se trata de administrar servicios esenciales que no pueden prescindirse ni un solo día, planificando con horizonte de 50 años, profesionales con mística y pasión, prevaleciendo tan solo objetivos técnicos, financieros, sociales y ambientales.
Y como si todo esto fuera poco, en esta semana los citadinos nos sorprendemos aún más con la exclusión de dos profesionales reconocidos por su rectitud de proceder, los Ings. Galo Durazno, Director de los Planes Maestros y Pablo Rengel como Gerente de agua potable, por el “error” de haber elaborado informes pormenorizados advirtiendo los inconvenientes de adjudicar a una determinada empresa constructora que no cumple los requisiticos preestablecidos para construir la nueva planta de depuración de aguas servidas en Guangarcucho por un costo de 70 millones de dólares, pues las lagunas de Ucubamba están sobre su capacidad y se requiere la nueva planta con urgencia.
¡Los cuencanos no somos tontos! Sabemos que el problema no está en los técnicos de ETAPA, sino en la intromisión en este proceso de intereses politiqueros y otros afanes mezquinos, que deben ser cortados urgentemente por el Concejo Cantonal con la vigilancia decidida de todos los estamentos ciudadanos. (O)