Paralización generó problemas de movilidad. Muchos no pudieron llegar a sus puestos de trabajo.
Cuenca amaneció ayer con las calles bloqueadas y sin el servicio de transporte. Las personas se vieron obligadas a caminar por largas horas o utilizar bicicletas y motos para llegar a sus trabajos.
La Unión de Cooperativas de Taxis del Azuay (UCTTA) convocó a una protesta a sus socios y a diferentes ramas de la trasportación para sumarse al paro indígena. El sector exige la reducción del precio del galón de gasolina ecopaís a 2,10 dólares; y de diésel, a 1,50 dólares.
Los transportistas cerraron desde las 05:00 las calles, avenidas e intersecciones a pesar de la advertencia de las autoridades municipales de aplicar sanciones administrativas. Esto para quienes afecten la libre movilidad.
Se ubicaron con sus automotores en los alrededores del colegio Benigno Malo, la Terminal Terrestre, la Chola Cuencana, Virgen de Bronce, así como en diferentes puntos de las avenidas De Las Américas, Remigio Crespo, Don Bosco, entre otros sectores.
Los taxistas solo permitían el paso de las ambulancias y de otras unidades de socorro para que lleguen a hospitales y clínicas.
Walter Lema, presidente de la cooperativa de taxis “Austral” – quien con sus compañeros bloquearon el tránsito en los alrededores del colegio Benigno Malo- criticó al Régimen por creer que al reducir 10 centavos en el galón de gasolina ecopaís y diésel se soluciona la crisis política.
“Mi taxi se tanquea con 21 dólares. La reducción de 10 centavos por galón me representa un ahorro de solo 80 centavos”, aseveró Lema.
Pasadas las 17:00, la UCTTA dio por finalizada la paralización, pero se declaró en sesión permanente “para que ante cualquier convocatoria que se realice estar presente para respaldar al pueblo”. Además dio el apoyo a los socios antes los anuncios de sanciones municipales.
Molestias
Mientras esto sucedía, las personas -que sufren desde hace más de dos semanas las secuelas del paro nacional- lidiaron con una serie de incomodidades para llegar a sus destinos.
Patricio Barrera se trasladó en bicicleta desde el sector Virgen de Bronce hasta su trabajo ubicado en el Centro Histórico. Al llegar se enteró que se suspendían las actividades hasta nuevo aviso debido a la protesta.
“Nos pidieron que estemos atentos a las noticias”, dijo el hombre de 45 años de edad, quien trabaja en un local de artefactos eléctricos que con sus sucursales genera trabajo para unas 80 personas.
Las instituciones públicas abrieron sus puertas con una disminución de personal y precauciones ante cualquier desmán que se pueda presentar por la manifestación.
Manuel Barros, de 67 años de edad, llegó a las ventanillas de la Tesorería Municipal para cancelar una ficha catastral y acceder a un programa de vivienda sin importar la falta de transporte y los riesgos de la protesta.
“Salí a las 08:00 de mi casa, ubicada en el barrio de María Auxiliadora. Las calles estaban vacías, parecían los tiempos complicados de la pandemia de la COVID-19”, citó Barros, quien llevó a su mascota para realizar su diligencia.
Unos pocos negocios abrieron sus puertas, principalmente en el Centro Histórico debido al escaso movimiento comercial y el temor de posibles saqueos de los dueños de lo ajeno.
Tito Mendoza, propietario de un comercio de comida rápida ubicado en la 9 de Octubre, laboró hasta el mediodía porque el personal no pudo llegar por la falta de buses.
Mendoza también se quejó por el desabastecimiento de productos. “Tengo un quintal de papa y un cilindro de gas que me durará hasta hoy. La falta de productos y el cierre de vías hará que cierre mi negocio hasta que se solucione el paro nacional”.
Los centros asistenciarios también sintieron las secuelas de la protesta de los transportistas. En el hospital “Vicente Corral Moscoso” se registró con corte a las 13:00 de ayer un ausentismo de entre el 35 y 40 % de pacientes en consulta externa debido a que no pudieron llegar a sus citas médicas.
Asimismo, en el dispensario del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), situado en la intersección de las calles Bolívar y Presidente Córdova, se optó por las consultas virtuales, ya que una parte de los médicos no asistieron. (BPR)-(I)
EMOV EP aplicará multas y demanda penal
El Municipio de Cuenca, a través de la Empresa Municipal de Movilidad (EMOV EP), anunció ayer el inicio de procesos sancionatorios, administrativos, multas y procesos penales en contra de las personas que cerraron las vías de la ciudad.
Se recalca que la administración municipal tiene como deber garantizar los servicios básicos para la sociedad, siendo la competencia de tránsito interno una de sus responsabilidades.
“Los procesos administrativos y multas ya empezaron y serán notificados el día de hoy (ayer). Mientras que los procesos penales ya han sido entregados a la Fiscalía por parte de las dos empresas municipales afectadas por los cierres, tanto la EMAC EP y la EMOV EP”, aseveró Pedro Palacios, alcalde.
Palacios invitó al diálogo a los transportistas para llegar a coincidencias que beneficien a los habitantes de Cuenca como ya se lo ha hecho antes. La autoridad reiteró que el municipio no está en contra de la protesta social “nos hacemos eco porque día a día vivimos las mismas necesidades”. (I)
DETALLES
– Los grupos de motorizados que ofrecen el servicio de delivery en Cuenca se sumaron ayer a la protesta convocada por el sector del taxismo. Sus integrantes recorrieron diferentes calles y avenidas.
– Las autoridades y habitantes de Baños efectuaron la tarde de ayer una marcha pacífica hacia el Control Sur para apoyar la lucha social del sector indígena. Solicitaron al Gobierno un diálogo para solucionar la crisis.
– La Unión de Comunidades Indígenas del Azuay (UCIA) también efectuó ayer una marcha por un tramo de la Cuenca-La Jarata-Loja. La organización mantiene cerrada la carretera estatal en Zhiña y La Ramada.
– El cierre de vías estatales continuó ayer en rechazo a la políticas del Gobierno. La provincia del Azuay se encuentra sitiada porque los principales accesos y salidas están bloqueadas por los manifestantes.