En tanto la Universidad del Azuay celebra, alborozada, el triunfo de un conjunto musical en Murcia, la Universidad de Cuenca pasa un trago amargo con la supresión del examen de ingreso por parte del gobierno nacional y la expectativa que se puede provocar para el ingreso a ese centro académico superior. Y es que los presupuestos de las instituciones públicas son de miseria y obligan a ciertos organismos a declararse en bancarrota (Instituto de Seguridad Social, entre otros) A pesar de que su calidad académica es la más alta y su nivel profesional se encuentra entre los mejores de América Latina, la Universidad de Cuenca y demás centros académicos estatales tendrán que hacerse cargo del presupuesto que hasta el momento ha sido centralizado; la supresión del examen de ingreso deberá incluir recursos económicos puesto que habrá de ampliar infraestructura física, tecnológica, pago a profesores y otros insumos al decir de María Augusta Hermida. Es decir, los presupuestos que manejan las instituciones y centros educativos públicos frente a los privados son abismales en cuanto a sus recursos. En el año anterior, 381 mil jóvenes ecuatorianos aspiraron a estudiar en el sistema de educación superior y 110 mil no pudieron acceder, según la funcionaria, debido a la insuficiencia económica. Definitivamente, el gobierno ha levantado un avispero con esta decisión inconsulta y la crisis en la educación pública es insostenible. (O)
CMV
Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.
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