El reconocimiento a personas e instituciones como retribución a su trabajo siempre será reconfortante.
En el marco del aniversario 198 de Provincialización del Azuay se entregaron once preseas y nueve reconocimientos.
El Gobierno Provincial del Azuay premió el esfuerzo, el mantenimiento de tradiciones, el trabajo institucional y el social, desarrollado por artesanos, artistas, defensores del agua, educadores, emprendedores, cooperativistas y gerentes de entes públicos.
Ellos, como los otros cientos de miles de azuayos, reflejan cuan productiva, artesanal, solidaria, emprendedora, agrícola y pujante es la provincia.
Bien por los homenajeados, bien por el Gobierno Provincial. El valor de un premio, no radica tanto en el metal o en el papel, cuanto en el merecimiento justo y oportuno. Ellos lo tienen de sobra.
La sesión solemne también sirvió para analizar varios problemas del Azuay.
Uno, el de siempre: la vialidad. En este caso particular la rural, el ámbito de acción de acción del GAD Provincial. La prefecta Cecilia Méndez insistió en la necesidad de “convenios de concurrencia” con los Municipios y Juntas Parroquiales para atender las justas demandas y reclamos. Así debe ser, sino ¿cómo?
Pedirá al Ministerio de Transporte y Obras Públicas la concesión del acceso a los cantones orientales para reactivar el peaje de Chaquilcay, cuyos recursos servirán para darle mantenimiento. La propuesta está lista. Así funcionó hace más de quince años. Lo echó abajo la demagogia y el afán de acabar con los opositores.
La prefecta pide al Gobierno cambiar la fórmula de equidad territorial para la asignación de recursos: considerar los kilómetros de vías construidos en relación con los territorios productivos, a fin de dejar a un lado el factor de la densidad poblacional. Esta es la metodología reinante y centralizadora.
Una tesis para debatir; y más cuando está de moda el repensar la distribución de recursos desde el Estado central y se avecina la campaña electoral.