En la comunidad de Marianza, parroquia Sayausí, la limpieza de quebradas es urgente, según habitantes del sector.
El aluvión ocurrido en Sayausí en marzo pasado no solo ocasionó daños en vías, viviendas y cobró víctimas mortales, las quebradas también fueron afectadas. Estas requieren limpieza para la canalización de tuberías y sistemas de agua.
Juan Manuel Jarama tiene 85 años de edad y es un sobreviviente del aluvión de Marianza, ocurrido el pasado 27 de marzo. Vive junto a una de las siete quebradas afectadas por el fenómeno natural.
Zorrocucho es el nombre de la quebrada que aquella tarde arrasó con su casa y por poco acaba con su vida. Hoy está tapada y, cuando llueve, el agua se empoza e incluso se desborda hacia la vía principal.
Lo mismo que Zorrocucho, las quebradas de la ‘Zona Cero‘ (sitio en el que se presentaron los daños mas graves tras el aluvión), Lirio, Tracayacu, Tiopamba, Citicay y María Manuela están taponadas debido a la gran cantidad de material arrastrado por la creciente.
A Vicente Chimborazo, piscicultor de la zona, le preocupa la cantidad de material en las quebradas y los daños provocados a las tuberías y desagües.
Una de las tuberías suministraba el agua con las que siete familias de piscicultores de Marianza, incluida la suya, sustentaba sus ingresos con la crianza de truchas. «Perdimos mucho, familiares perdieron todo», aseguró.
Cerca de su casa, la quebrada Lirio afectó tuberías del sistema de agua y el desagüe. Han intentado repararlos, pero los daños ocasionados por los sedimentos no se lo permiten. Por ahora han colocado conexiones emergentes que “durarán poco tiempo”, comentó Chimborazo.
Preocupación
Martín Lucero, presidente de la Junta Parroquial de Sayausí, manifestó que si bien el cronograma del contratista que ejecuta las obras en las zonas afectadas de Marianza se desarrolla con normalidad desde junio, hay dos cosas que le preocupan.
La primera es el abastecimiento de agua para el consumo humano. Esta no ha sido restablecida en su totalidad. De los tres sistemas de agua, el denominado Ventanillas no esta funcionando. Marianza – Gulag y Citicay brindan el servicio.
Según sus estimaciones, unos 15 kilómetros de estos sistemas deben ser cambiados para mejorar el servicio, 5 kilómetros por cada sistema. El valor por esta intervención debe ser solventado por los usuarios. “Solo en materiales estimamos un costo de 50.000 dólares”, detalló el funcionario.
Lo segundo que le preocupa es el alcantarillado. Los daños provocados por el aluvión rompieron la tubería y ahora las aguas servidas van directamente al río Tomebamba, aseguró Lucero. “ETAPA es la empresa encargada de solucionar este daño… estamos esperando que lo resuelva y presente un plan para el manejo de residuos… aún no sabemos que van a hacer para evitar la contaminación del río”, destacó el presidente de la junta.
El líquido contaminado corresponde al evacuado por las 105 familias que viven en el sector de Marianza.
Contaminación
Con respecto a las quebradas, conoce que el contratista iniciará las obras luego de culminadas las labores en la ‘zona cero’. De manera extraoficial, conoce que se planean trabajos en construcción de escolleras, cubierta de atarjeas y terraceo.
Paúl Torres, administrador del departamento de Saneamiento de ETAPA, aseguró que hace dos meses colocaron tubería provisional para mitigar el impacto ambiental en el lugar. Adicionalmente, explicó que colocan cal en el interceptor de agua para que desinfecte el líquido y el río no se contamine.
Desconoce el valor que tendrá la reparación del interceptor, cotización que aspiran tener la próxima semana. El costo incluye, entre otros, reposición de celosías, estructuras metálicas, reposición de tuberías y retiro de material.
Carmen de Guzho
En mayo de 2021, la creciente del río Tarqui inundó el carmen de Guzho. Más de un año ha pasado y, según Carlos Guillén, presidente del barrio Guzho bajo, las obras que se ofrecieron no se han ejecutado. “Únicamente se hicieron mingas con los habitantes luego de la tragedia”, agregó.
En ese entonces, varias viviendas, incluida la suya, se vieron afectadas. Recuerda que se ofreció la colocación de un muro para canalizar el río Tarqui y mejoramiento de la vía. “Nada de eso se ha cumplido”, enfatizó.
Román Pillacela, habitante del mismo sector, espera acciones oportunas para evitar nuevos desbordamientos. Señaló que restos de árboles y estructuras de hiero y cemento están en el río y esto afectaría en nuevas crecidas.
Probabilidades
Estos hechos se dan en medio de una alerta por el incremento de lluvias y tormentas pronosticado en el país por el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMHI), para la primera semana de agosto.
Desde hace dos años la provincia del Azuay y el resto de localidades ubicadas en el callejón interandino sienten cambios bruscos en el clima debido al fenómeno de “La Niña”.
Este, que podría extenderse hasta 2023, según los expertos, ha ocasionado prolongadas lluvias e incluso en meses considerados de sequía.
“Con el fenómeno de ‘La Niña’ las precipitaciones son más intensas en el temporal lluvioso, y la época seca es opacada por lluvias”, aseveró Cristian Paliz, especialista del INAMHI.
Además, se retrasa el inicio de la época lluviosa que se da normalmente a fines de septiembre y los primeros días de octubre, inicios de noviembre y los primeros días de diciembre. (I)