Representar los mundos oníricos, sus personajes y exhibir la condición de ser otro son parte de “Oniria”, la nueva muestra del Museo Municipal de Arte Moderno que se inauguró ayer tras varias semanas de trabajos dentro de la infraestructura patrimonial.
A diferencia de las exhibiciones formales en las que simplemente se coloca una obra para mirarla, la dirección del museo volvió a apostar por incluir un elemento que ya lo había implementado en el 2021 en la muestra “Cromatopía”: la interacción.
Para ello, a través de una curaduría desarrollada por Yair Gárate, director del museo, en principio se escogieron 19 obras de la reserva de la institución que estuvieran relacionadas con los sueños: pinturas, dibujos y esculturas.
Luego, en cada una de las salas del museo, en medio de ellas, se colocaron los trabajos a través de un hilo que da la impresión que no estuviera allí, por lo tanto, pareciera que las obras flotan.
“Con la selección de las obras, lo que intentamos representar es esta forma onírica, del sueño, de lo surrealista sin ser un movimiento surrealista, que esto se traduciría al guion museográfico y en cómo está presentado”, explicó Yair Gárate a diario El Mercurio.
Precisamente, la traducción del sueño se lo hizo en los espacios del museo mediante el trabajo del personal del museo y de artistas invitados, quienes tuvieron libertad para también entregar su concepción de lo onírico.
Representación del sueño
Basta con entrar a la casa patrimonial para adentrarse, en primera instancia, a las obras escogidas que corresponden a 19 autores que las crearon entre 1975 y 2012. Entre estos están: Feliz Arauz, Catalina Carrascos, César Carranza, Jorge Chalco y Julio Mosquera.
Una vez recorridas las salas que guardan los trabajos, los espectadores pueden pasar a un segundo espacio a través de un túnel, en cuyas paredes fueron colocados unos ojos que miran el caminar de aquellos que desean transportarse a las seis salas lúdicas que fueron armadas para esta ocasión.
La razón de las salas se debe a la interacción sensorial, a la experimentación. La idea de la muestra, desde su concepción, era que pudiera conectar a todos los públicos: niños, adolescentes, jóvenes, adultos mayores y personas con discapacidad.
Para eso se contó con el apoyo de los artistas Priscila Urgilés y Paul Nacipucha, quienes crearon la experiencia que vivirán los visitantes en las salas.
“Tenemos cuatro salas inmersirvas, que son pinturas recreadas, son instalaciones y también salas para jugar, para estimular la creatividad. Hay textos, texturas, olores para que todos interactúen”, explicó a El Mercurio Priscila Urgilés.
Dentro de esos espacios también está una sala en la que las personas con discapacidad visual pueden ser parte de la muestra a través del tacto y del olfato.
La exposición y la interacción con ella estarán activas por lo menos seis meses en el Museo de Arte Moderno, cuyo horario de atención es: de lunes a viernes, de 09:00 a 16:45, y los sábados y domingos, de 09:00 a 14:00. (I)