Baguanchi, una zona que se expande en Cuenca

A veces en serio, a veces en broma, los abuelitos suelen decir “todo esto era antes pampa” para referirse cómo han cambiado los espacios por los que ellos pasaron. Esa frase puede usarse al hablar de Baguanachi y de las zonas que rodean a un lugar que en los últimos años ha cambiado.

Hasta hace una década, Baguanchi era un lugar que estaba entre Monay, El Valle y Paccha. Prados verdes, tierras para sembrar y calles de tierra que llevaban a las pequeñísimas comunidades de las parroquias que estaban fuera de la ciudad se veían si se pasaba por el sector rural.

Sin embargo, hoy hay otra realidad: condominios, ciudadelas privadas, atractivos turísticos e instituciones educativas que recibirán a cientos de niños y jóvenes. Con el paso de los años Baguanchi ha cambiado, para algunos, para bien y para mal.

“Si usted ve las construcciones aumentan. Esto ya se veía desde hace algunos años, pero ahora es más notorio. Las casas están por todos lados. Esto, de alguna manera, nos ayuda porque nosotros tenemos una tienda que atiende a un poco de gente que vive por aquí”, dijo Lourdes Arévalo.

: En los últimos años ha aumentado el número de urbanizaciones en la zona. Xavier Caivinagua/El Mercurio

Para quienes tienen sus emprendimientos, que Baguanchi crezca es beneficioso porque hasta hace unos años la zona era solo un paso hacia las comunidades de Paccha y de El Valle. En la actualidad, hay docenas de familias viviendo en un espacio que sigue cambiando.       

No obstante, así como hay un grupo que piensa en los beneficios del crecimiento urbanístico en Baguanchi, hay otro que está preocupado por lo que empezará a venir, sobre todo por la vialidad.

“Nosotros tenemos la Monay-Baguanchi-Paccha, que en este momento está en el limbo. Se pide algo a la Prefectura y nos dicen que esa vía ya no es de competencia nuestra. Vamos al Municipio y nos dicen que efectivamente es nuestra hasta cierto tramo, pero que la Prefectura nos entregue para hacernos cargo”, dijo Carlos García, presidente del gobierno de Paccha.

Las vías, para Paccha y para la población que ha vivido por años en Baguanchi, son parte de un tema que debería ganar ya protagonismo porque a diario, decenas de vehículos las ocupan para entrar y salir de allí.

“Hay que fijarse no más en las horas pico, las filas de carro que se forman en la vía. Desde el redondel del hospital del IESS hasta la parte alta. La misma vía ya es un problema porque es angosta. El resto de calles son de tierra. Esperemos al inicio de clases y veremos cómo se agranda el problema”, opinó Luis Solórzano, habitante de Baguanchi.    

El problema del número de vehículos no solo está presente en la vía Monay-Baguanchi-Paccha, también se repite en las otras calles que, por ejemplo, conectan a El Valle. Sin embargo, una de ellas será intervenida ante una necesidad que ha estado latente desde hace varios años.

El pasado 22 de julio, se firmó el contrato para que se pavimente la vía Y de Guncay-El Despacho, Escuela Tomás Rendón. Esta vía, en la que diariamente circulan alrededor de 3.700 vehículos, une Baguanchi con El Valle.

Los moradores de las áreas aledañas a la vía que se intervendrá esperan que, una vez pavimentada, por lo menos la contaminación que genera polvo ya no estará, porque el tránsito vehicular continuará.

Riesgos

Con el crecimiento urbanístico de Baguanchi, para el arquitecto Paul Ortiz, hay una serie de riesgos latentes que principalmente están relacionados con sus zonas inestables.

A pesar de los riesgos geológicos que están presentes, según Ortiz, la población sigue construyendo de manera antitécnica para después solicitar los servicios básicos que no podrán cubrirse por los problemas de inestabilidad en las tierras.

“Los problemas que acarrean la inestabilidad de los suelos ya hemos visto en estos dos años. Hemos tenido aluviones que no solo es por las lluvias, sino es porque la capacidad del suelo no soporta una carga”, explicó Ortiz a diario El Mercurio.

Construcciones en quebradas, en zonas inestables, o construcciones sin permiso alguno podrían poner en riesgo no solo a Baguanchi, sino a las parroquias rurales que ya forman parte de la mancha urbana que sigue creciendo día a día.

“Las parroquias urbanas y las parroquias rurales que están cerca se están convirtiendo en una sola mancha y se ve situaciones que no están correctas, y que a futuro, de pronto no muy cercano, pero a mediano y largo plazo van a traer consecuencias bastante desfavorables”, sentenció Carlos García, presidente de Paccha. (I)

Andrés Mazza

Periodista y fotógrafo. Escribe sobre cultura, educación, migración y astronomía.

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