Es la vital necesidad, cuando el organismo da la orden de ingerir líquido, fundamentalmente AGUA, sentimos sed y es imposible distanciarnos de esta orden biológica. Con absoluta certeza, es nuestro Planeta el único con rangos de temperatura que pueden poseer AGUA en sus tres estados físicos. Existen 1386 Km3, el 97% es salada, sólo el 3% es agua dulce (35 millones de Km3), de este volumen sólo el 30% está disponible para uso humano. Siendo Brasil uno de los países con más agua, existen 57 de los 190 millones de ciudadanos con carencia de agua bebible. Sólo el 0,025% del agua del planeta es potable. Tan frágil es esta cifra, que resulta fácil entender sobre la escasez de este recurso y la importancia de su protección, en virtud de que el futuro de la vida está en dependencia estricta.
Este año, la población humana alcanzará la cifra de 8.000 millones y las necesidades hídricas son gigantescas con respecto al proceso acelerado de contaminación, alteración climática, desertificación, ausencia de educación, MINERÍA, poco ahorro, incendios forestales, avance de la frontera agrícola, contaminación industrial, ganadera, agrícola y antrópica en general que complica el cuadro que muestra rostro apocalíptico para el futuro.
Europa, África y una gran extensión de Asia, tienen ya una crisis hídrica y la lucha por el agua va a convertirse en guerra, en turbulencia, en migraciones masivas que buscan la sobrevivencia. En Cuenca muy particularmente, existe un mutismo de las autoridades, que han permitido que no se escuche la VOZ del pueblo, cuyo dictamen se opone a la minería en zonas de recarga hídrica, lo que está sucediendo en las QUIMSACOCHAS, génesis de los ríos Tarqui y Yanuncay. La sociedad en pleno, debe unirse para defender a Cuenca de estas agresiones, que no se darían jamás, sí fuera Quito o Guayaquil la ciudad ultrajada. (O)