El gran equipo ecuatoriano de fútbol, Independiente del Valle, se coronó el pasado sábado, primero de octubre, bicampeón de la Copa Sudamericana 2022, tras superar por 2-0 al linajudo Sao Paulo de Brasil, en la final única del fútbol continental disputada en el Estadio Mario Alberto Kempes en Córdoba- Argentina, siendo recibidos apoteósicamente en las calles de la capital, sobre todo, en Sangolquí, su sede y embolsándose, además, cinco millones de dólares tan solo en el último encuentro.
En julio de 2016, Independiente del Valle ya sorprendió al mundo futbolístico alcanzando la final de la Copa Libertadores de América, al enfrentarse al Atlético Nacional de Colombia, tras tumbar a colosos como River Plate y Boca Juniors. Luego el 9 de noviembre del 2019, se coronó por primera vez campeón de la Copa Sudamericana, tras superar por 3-1 a Colón de Santa Fe de Argentina. Ahora, Independiente vuelve a ser protagonista en un torneo internacional al conseguir el bicampeonato de la Copa Sudamericana, llamada oficialmente Copa Conmebol Sudamericana y devolviendo la alegría a 17 millones de ecuatorianos.
En este prolongado período de incertidumbre y desgobierno, crisis económica, desempleo, falta de inversión que vive el país, sin mirar un horizonte de solución, los chicos del Independiente con su ejemplar directiva, nos regalan este codiciado título continental por segunda vez. Los medios de comunicación internacional destacaron esta semana la proeza alcanzada considerando al Independiente, no un equipo de fútbol, sino una empresa ejemplar cuyo sendero deben seguir otros países al ser el fútbol deporte de multitudes.
La alegría del merecido bicampeonato llega en un momento oportuno para los ecuatorianos, en el cual, los gobernantes, la clase política nos han defraudado por completo; el desprestigio de instituciones relevantes como Asamblea, Policía Nacional, el sistema de justicia… siendo imperioso volver a creer primero en nosotros mismos, que cuando existe trabajo, disciplina, talento se pueden alcanzar grandes metas, aparentemente inalcanzables, como lo ha hecho el Independiente, bañándose de gloria y reconocimientos en toda América. (O)