Un plan integral que resguarde a los estudiantes universitarios de Cuenca y Azogues es la propuesta que presentarán la Universidad Católica, la Universidad Politécnica Salesiana, la Universidad Nacional de Educación y la Universidad de Cuenca.
El plan llega en un momento en el que los asaltos después de las clases se han vuelto un problema y una constante en los alrededores de las universidades, principalmente en las paradas de buses.
Solo en la Universidad Politécnica Salesiana, según su vicerrector, Fernando Moscoso, se registran tres asaltos a la semana. A ese tipo de delitos se suman dos casos de escopolamina.
Lo mismo ocurre en el resto de universidades, cuyas autoridades ayer adelantaron algunas de las propuestas de un plan que se espera entregarlo en quince días.
Que el Concejo Cantonal de Cuenca tome ya partido, a través de una ordenanza, para evitar la movilización de dos personas en motocicleta, y apoyar con recursos tecnológicos a las instituciones encargadas de velar por la seguridad de la ciudadanía forman parte del plan.
Para el rector de la Universidad Católica, Enrique Pozo, la idea de la propuesta es mirar diferente la problemática de inseguridad que está atravesando el Ecuador.
Y para eso, la única manera es que las instituciones, tanto públicas como privadas, se articulen y cumplan con su trabajo bajo una estrategia integral.
Por ejemplo, que el Municipio de Cuenca y la Intendencia del Azuay, bajo las responsabilidades que tienen, cuiden el uso del suelo en los alrededores de las universidades.
Según los rectores, en las cercanías de las instituciones educativas hay espacios que venden alcohol sin ningún tipo de control.
“Los espacios que están alrededor de las universidades están destinados a ventas, generalmente de licor, y, por lo general, los actos delincuenciales se cometen en este tipo de actividades”, dijo el vicerrector de la UPS.
Alumbrado público y patrullajes
Las autoridades de las universidades públicas y privadas hicieron un especial énfasis en los recorridos que cumplen los policías en las cercanías de las instituciones de educación superior, y en la falta de iluminación.
En el caso de la Universidad Nacional de Educación, según su rectora, Rebeca Castellanos, los policías que trabajan en la parroquia Javier Loyola (en donde funciona la institución) ni siquiera cuentan con movilización para hacer patrullaje.
Mientras que, en las universidades de Cuenca, si bien sí se realizan patrullajes, estos son esporádicos, explicaron los rectores y representantes de las instituciones.
En cuanto la iluminación, el plan también considera su mejoramiento con el apoyo de la Empresa Eléctrica, ya que el estado de las luminarias es parte de los motivos de inseguridad que están viviendo los estudiantes. (I)
