Las graves acusaciones de violación a los derechos humanos realizadas por organizaciones internacionales contra el Gobierno de Qatar, la profusa difusión de caricaturas que denuncian y dan cuenta de la explotación laboral de miles de obreros, la la pérdida de vidas humanas en la construcción de los escenarios deportivos y de toda la infraestructura hotelera en este Estado del Golfo Pérsico, muestran cómo “la pasión de multitudes” pasó de ser un sentir popular que provoca la alegría o la tristeza en los aficionados para utilizarse con fines que trascienden el espíritu deportivo de un hermoso juego, en este caso, para cubrir con una cortina de humo el lado espantoso de este mundial y desvirtuar las lacerantes realidades sociales que vive “el país más rico del mundo”. Amnistía Internacional ha pedido a la FIFA y a los patrocinadores que actúen inmediatamente para proteger a los trabajadores migrantes, se levanten las restricciones de libertad de prensa y de asociación, así como se detenga el discrimen que sufren mujeres y personas LGBTI; ¿será “Qatar, la Copa Mundial de la vergüenza” como ya la tildan varios medios de comunicación internacional? (O)
CMV
Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.
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