El 7 de noviembre de 2001 quedó grabado con letras de oro en la historia del fútbol ecuatoriano. Aquel día, la selección de Ecuador, bajo la dirección técnica de Hernán Darío «El Bolillo» Gómez, consiguió por primera vez su anhelado boleto a la Copa del Mundo de Corea y Japón 2002.
En un estadio Olímpico Atahualpa totalmente desbordado de hinchas que soñaban con el fin de décadas de frustración, la «Tri» recibió a Uruguay en un partido decisivo por las Eliminatorias Sudamericanas.
A pesar de que la tensión se disparó con el gol de penal de Nicolás Olivera para Uruguay al final del primer tiempo, la esperanza se mantuvo viva. La jugada que cambió la historia llegó en el minuto 72: un pase cruzado de Álex Aguinaga fue conectado de cabeza por Jaime Iván Kaviedes, quien envió el balón al fondo de la red.
El empate 1-1 fue suficiente. El pitazo final desató un éxtasis colectivo que paralizó al país, los ecuatorianos celebraron en las calles, sintiendo que el gol de Kaviedes era un logro total. Una generación dorada, con figuras como Agustín Delgado (máximo goleador de esa eliminatoria, junto a Hernán Crespo), Iván Kaviedes y Álex Aguinaga, había cumplido el sueño que parecía inalcanzable. (D)
Noticia relacionada












