
Sor María Troncatti, nacida en Italia y que dedicó más de 40 años para servir como misionera en Ecuador, fue proclamada santa por el papa León XIV, este 19 de octubre del 2025.
La religiosa, que perteneció a la Congregación de las Hijas de María Auxiliadora (FMA), nació en Córteno Golgi, Italia, el 16 de febrero de 1883 y sirvió en Sucúa, provincia de Morona Santiago, donde actualmente descansan sus restos.
Después de su primer Consistorio Ordinario Público para la Canonización, efectuado el 13 de junio del 2025, el sumo pontífice definió las fechas de canonización de nueve beatos y mártires, entre ellos, María Troncatti.
Junto con sor María Troncatti fueron canonizados este 19 de octubre del 2025 los beatos y mártires Pedro To Rot, Ignacio Choukrallah Maloyan; Vicenza María Poloni, Bartolo Longo y los venezolanos Carmen Rendiles Martínez y José Gregorio Hernández Cisneros.
Reconocimiento de sus restos
El 15 de julio del 2025 estuvo en Sucúa, tierra de misión de sor María Troncatti, una comisión de la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano, que visitó Ecuador para verificar los restos de la religiosa.
A la misión le acompañó el padre Pierluigi Cameroni, postulador general para la Causa de los Santos de la Familia Salesiana, orden a la que pertenecía sor María Troncatti.
Por estas fechas, el padre Cameroni también estuvo en Cuenca, en la verificación de los restos mortales del padre Carlos Crespi, también en proceso de canonización.
Tras examinar el rescripto oficial emitido por el Dicasterio para las Causas de los Santos —que incluye el Nihil Obstat, expresión en latín que significa “nada se opone” -, el Vaticano aprobó el reconocimiento canónico de los restos de la beata y la realización de los procedimientos requeridos para su conservación.
La tumba de sor María Troncatti se encuentra bajo custodia de las Hijas de María Auxiliadora y sus restos descansan en la iglesia del mismo nombre, en Sucúa.
Reliquias presentes en la canonización
Durante la ceremonia de canonización que se realizó este 19 de octubre del 2025 en el Vaticano, se expusieron relicarios que contenían las reliquias de los siete beatos y mártires que ahora son santos.
En el caso de sor María Troncatti, se trató de una falange de su mano, que fue retirada durante la visita de la comisión del Vaticano a Ecuador.
El padre Pierluigi Cameroni resaltó el valor simbólico de las manos de esta misionera, cuyo trabajo por los pueblos indígenas del Ecuador fue de un total abandono.
La obra de sor María Troncatti en Ecuador.
Sor María Troncatti llegó a Ecuador el 24 de diciembre de 1922, para realizar su labor misionera en la Amazonía, entre los shuar.
También sirvió en Chunchi, provincia de Chimborazo, donde se concentró en dar atención médica, con lo que tenía, para los más pobres.
En 1925 llegó a Méndez, en la provincia de Morona Santiago, donde trabajó para las comunidades indígenas, principalmente proporcionando atención médica, pero, sobre todo, “dando consuelo”, según lo resalta el documental difundido por los Salesianos Don Bosco.
“Era cirujana, farmacéutica, partera y hasta dentista”, asegura el mencionado documental, en el que se resalta que atendía las emergencias médicas sin importar si eso implicaba atravesar los ríos correntosos de la zona, como lo evidencia un video original de la época.
En 1947 fue nombrada directora de la comunidad en Sucúa, donde trabajó por los colonos y los shuar; fundó el hospital Pio XII.
En los shuar se encontró con una costumbre que ella luchó por vencer, los niños que nacían con discapacidad eran abandonados, pues no eran útiles para el combate; la religiosa los acogía.
Su papel como mediadora
El 4 de julio de 1969 los colonos prendieron fuego a la iglesia de los Salesianos, pues consideraban que estaban a favor de los shuar, sor María Troncatti se convirtió en mediadora de este conflicto.
Justo en medio de este proceso de mediación, el 25 de agosto de 1969, la avioneta en la que viajaba se accidentó y la misionera falleció.
El milagro que la llevó a los altares
El milagro que abrió el camino para la canonización de la beata María Troncatti también tuvo lugar en Ecuador, fue en beneficio de un hombre de la nacionalidad shuar.
El 2 de febrero de 2015 a las 10:00, Juwa, un hombre del pueblo shuar en Ecuador, de la comunidad de Nunkui Nunka, agricultor y carpintero de profesión, sufrió un accidente, se rompió la amoladora y un gran fragmento de piedra impactó en el lado derecho de su cabeza, provocando una profunda fractura en el cráneo, con pérdida de materia encefálica.
Juwa se encontraba en estado muy grave; tras vadear por el río Macuma en canoa, llegó al hospital de Macas, en ambulancia aérea; luego de los primeros auxilios, lo derivaron al hospital de Ambato, donde arribó a las 17:30.
Se descubrió que tenía una lesión cerebral abierta con exposición de tejido cerebral, en Glasgow 6T de 15. El neurocirujano advirtió que la situación era muy grave, con serio peligro de vida.
Después de la operación, Juwa fue dado de alta el 18 de febrero del 2015, aunque tenía una hemiplejia izquierda (parálisis) y ausencia de lenguaje.
Sus cuñados lo habían confiado a la intercesión de la beata María Troncatti, junto con la comunidad educativa de las Hijas de María Auxiliadora en Tuutin Entza, ciudad natal de Juwa.
La recuperación milagrosa
Una noche, entre finales de marzo y principios de abril de 2015, Juwa soñó con la hermana Maria Troncatti, que le aseguró su recuperación, prometiéndole que a la mañana siguiente hablaría y caminaría.
Después del sueño, experimentó un cambio inesperado en su condición, primero recuperó el habla y luego los movimientos.
“El médico que lo operó está asombrado, porque dice que tiene a un muerto resucitado frente a él. De hecho, lo volvió a ver en 2017 y lo encontró perfectamente curado”, se informó desde el Instituto de las FMA.