Arpilleras de Chile se exponen en el Museo del CIDAP

Después del golpe de Estado de 1973, en Chile surgieron las arpilleras, un grupo de madres, esposas e hijas de detenidos, desparecidos y prisioneros políticos, quienes, a través del bordado, denunciaron los atropellos que vivieron en la dictadura militar.

Por medio de las telas, las mujeres impregnaron su dolor y relataron lo que vivieron en una época oscura para los chilenos. Las obras, años después, se convirtieron en un arte de testimonio social que todavía se mantiene presente y que hoy Cuenca puede observar.

Como parte de la invitación que hizo el CIDAP a Chile para que sea el país invitado del Festival de Artesanías de América, su embajada, en conjunto con el Museo de la Memoria y el Museo Violeta Parra, trajeron, por primera vez a Ecuador, una exposición de arpilleras denominada: Bordados: Mujeres creando historias.

Para la muestra se escogió una serie de obras textiles que fueron montadas en el Museo del CIDAP, a través de la curaduría de las chilenas Francesca Bucci y Verónica Sánchez.

Los trabajos, que fueron creados por colectivos de Chile, muestran distintos elementos y espacios que narran y denuncian las acciones públicas y políticas por intermedio del tejido y el bordado.

“En las aspilleras históricas siempre pensamos en el rol de la mujer, que finalmente ellas parten de una labor en aquella época de denuncia, pero que también se transforma en un testimonio válido de lo que ella les estaba pasando”, explicó Francesca Bucci a diario El Mercurio.

Por esa misma función de denuncia social es que el rol de las aspilleras se extendió hasta el presente en los lienzos contemporáneos.

Para denunciar la situación social y política, para hablar de los sitios más vulnerables, o para denunciar las afecciones al medio ambiente, se han usado las arpilleras, según Verónica Sánchez, quien trabaja en el Museo de la Memoria de Chille, y estuvo en Cuenca para distribuir las distintas obras.

“Al menos de todas las obras que se están exponiendo acá es la primera vez. Todo este trabajo textil muestra el trabajo comunitario, el rol de la comunidad. Nadie trabaja solo, y mientras se trabaja en comunidad siempre logramos mejores objetivos, metas más importantes para todos”, dijo Sánchez.

A las obras comunitarias se suman tres reproducciones de arpilleras creadas por Violeta Parra. Estas son: Sin título, La huelga de los campesinos y La brujita. Las dos últimas obras fueron expuestas en el Museo de Artes Decorativas de Louvre, en 1964.

Tanto los trabajos de las arpilleras chilenas, como las reproducciones de Violeta Parra, estarán expuestos todo el mes de noviembre. El público puede verlos de lunes a viernes, de 08:00 a 17:00. La entrada no tiene costo alguno. (I)

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