Las románticas imágenes de unos respetables caballeros departiendo amigables, formales, pausados y sesudos en las coloridas bancas del otrora apacible parque “Abdón Calderón”; a veces, también en los no menos hermosos y sosegados oasis de “San Blas” y “San Sebastián”, persisten en el imaginario de quienes, vieron, crecer la ciudad más allá de sus monumentos …











