OPINIÓN| Una extraña mezcla de tristeza, indignación, enojo e incertidumbre va envolviendo a un número cada vez mayor de familias ecuatorianas, ante la creciente ola de despidos y de aquellas llamadas “negociaciones” con los empleadores que dan como resultado ineludible, la disminución salarial. Las impresionantes desigualdades sociales que fueron encubiertas bajo eficaces procesos de comunicación, …



