En esta cuenca de límpidos ríos se asentaron humanos de orígenes ignotos, luego cañaris, incas y españoles y ahora una variedad de etnias del mundo. Aquí encontraron luz para caminar, agua para su sed de paz, aire para refrescar su pensamiento, sol para el glacial de los albures... Una urbe consentida por Dios, enriquecida por …











