OPINIÓN| Una oscura tormenta de desaciertos barre con nuestras impostergables urgencias económicas. Desde que las finanzas públicas han sido conducidas por el actual Ministro de Finanzas, el desastre ha sido su signo, y la desgracia del pueblo ecuatoriano, su inocultable objetivo. El despropósito se ha erigido en catedral de la infamia. Los yerros en …



