El domingo 13 de abril del presente año, falleció en Lima a los 89 años de edad el célebre escritor peruano Mario Vargas LLosa, premio Nobel de Literatura 2010.
El mencionado novelista recibió el premio Nobel de Literatura por su “estructura cartográfica y sus imágenes de resistencia del individuo, rebelión y fracaso”. Las valiosas obras de Vargas Llosa, lograron cautivar a miles de lectores en todo el mundo, y posesionar a la lengua española en lo más alto de la labor literaria.
El ser humano es como la espuma del mar que flota sobre la superficie del agua, cuando sopla el viento, desaparece como si nunca hubiera existido; de igual modo, nuestras vidas son sopladas por la muerte.
La realidad de vida es la vida misma, cuyo comienzo no está en el seno de la madre y cuyo fin no está en la tumba; porque los años que pasan, sólo son un momento en la vida eterna, y el mundo de la materia con todo lo que contiene, no es sino un sueño comparado con el despertar que llamamos muerte.
La muerte es un final para el hijo de la tierra, pero para el alma es el comienzo, es el triunfo de la vida. La muerte sólo se lleva el contacto de lo físico, y no la conciencia de lo bueno.
Mario Vargas Llosa regresó al seno de la madre tierra a devolver los elementos que le fueron prestados de ella. Sus escritos son pruebas evidentes de que el saber es la Vida de la mente, que la conduce gradualmente desde las experiencias cotidianas del diario convivir, hasta las deducciones filosóficas, y desde éstas al sentir espiritual y luego a Dios.
La muerte como el mar, será vencida por quien la enfrente con bravura, y así la enfrentó Mario Vargas Llosa, y hoy al dormir en su larga noche, dormirá en un profundo mar de paz y silencio.
EL fue, y seguirá siendo una lámpara brillante, jamás conquistada por la oscuridad, inextinguida por el viento y encendida por la llama de la paz, la dignidad, la justicia y la libertad. Mario no va a sufrir más en este injusto mundo, él nunca más será mártir de las leyes humanas.
Quien abraza el alba en sueños, ciertamente es inmortal. Duerma y descanse en paz, distinguido e ilustre ESCRITOR, dulces sueños acompañen a su alma, que no le teme a la oscuridad ni a la eternidad.
Que valioso es vivir nuestras vidas sabiendo que cada día nuevo es una dádiva, y que cada nuevo mes o año, es un tesoro. (O)