Hace pocos días, el 24 de mayo, el Ecuador tuvo la suerte de escuchar un discurso del Presidente Noboa en el cual hizo gala de ponderación, de sinceridad y de ecuanimidad. Si bien es cierto que condenó a aquellos políticos enemigos de la Patria que piensan y proclaman que si ellos no están en el poder este no es legítimo, que son acostumbrados a la injuria y al odio y que consideran que solo sus proclamas son válidas. Bien por Daniel Noboa un verdadero patriota, joven y honesto que trata de enrumbar correctamente al país ante el evidente desagrado de Correa y su pandilla que no soportan la idea de que alguien haga bien las cosas y se diferencie de su pésima gestión que protege a las mafias delincuenciales.
Hubo un claro empeño de destacar la ausencia de los asambleístas de la RC5 pero hay que aceptar que, aunque constituyó un hecho detestable y primitivo, no afecta para nada a la imagen de la Asamblea Nacional ni al país pues el salón completamente lleno con un auditorio notable abofeteó en el rostro al reducido grupo de los obedientes a Correa, el prófugo amargado, cada día más, al ver que ya no es el dueño del país como estuvo acostumbrado a considerarse. Qué significado tuvo la ausencia de esos asambleístas acostumbrados considerarse a sí mismos como lo valioso del país mientras más órdenes recibían desde Bélgica y mientras más serviles se mostraban y además cada uno expone una razón diferente para la ausencia. No se puede olvidar la cantidad de exfuncionarios enjuiciados y condenados por corrupción que hubo y hay de ese partido detestable.
El presidente Noboa se mostró como un hombre por encima de esas pequeñas demostraciones de amargura y resentimiento. Anunció la decisión de luchar contra las mafias, tanto las delincuenciales como las políticas que todos sabemos bien cuales son. Pero es evidente que le falta eliminar los vestigios de esa mafia política de los sitios de gobierno en que permanecen enquistados y haciendo lo posible para que fracasen los empeños e iniciativas del gobierno de Noboa. No les importa si los problemas que tenga el gobierno actual representen problemas para el pueblo ecuatoriano; el prófugo y su gente estarán más felices mientras peor sea la suerte del Ecuador. (O)