¿La sindéresis está de vuelta?

A fin de que las conclusiones sobre un tema sean verdaderas y valederas, sus premisas también deben serlo, es decir, no pueden sustentarse en el error.  Lo negativo no se transforma en algo positivo por arte de magia porque para sustentar una transformación de esta índole se requiere de razones o argumentos que demuestren que aquello que se propala como un error no lo es, no porque lo afirma cierta autoridad sino porque lo afirmado era falso.

He oído en estos días: “el presidente (Niels Olsen) es un dictador, hace lo que le viene en gana”, en referencia a las últimas disposiciones reglamentarias en nuestra Asamblea nacional (AN). Existe un silencio largo de muchos y disparos al vacío de algunos. Les pido acompañarme unos instantes; pongamos las cosas en su puesto. Llamemos al pan, pan y al vino, vino: receta válida para entendernos.

Las instituciones tienen leyes y reglamentos que las regulan para conseguir sus objetivos. En consecuencia, todo grupo colegiado, del Carchi al Macará, posee normas para conseguir los objetivos que justifican su existencia. En mi vida de maestro los padres de familia fueron un valioso complemento de aquello que inculcábamos a nuestros infantes, niños y jóvenes. La impuntualidad en el ingreso a la escuela o en la entrega de los deberes eran castigados, con amor y seriedad, al mismo tiempo; pero, para exigir todo aquello quienes estábamos al frente de una institución educativa dábamos ejemplo, por aquello de “las palabras motivan, pero el ejemplo arrastra”.

Mis aplausos, sonoros y prolongados, al presidente de la A.N. Que su actitud al iniciar sus funciones sea la misma cuando las concluya pues ´una golondrina no hace verano´. Habrá voces en contra y críticas desmesuradas. Todo esto desaparecerá cuando la A.N. inicie una producción de leyes y normas en beneficio del país porque el cumplimiento vacuo de una normativa no produce, por si solo, los cambios que anhela Ecuador. La asamblea debe olvidar las peleas estudiadas, el jolgorio estridente, la sala de componendas, la subasta de votaciones o el espacio propicio para negociados turbios y conchabes cínicos.

El cambio en el rostro externo de la A.N., es decir, en aquello que nosotros percibimos, era necesario y es urgente. Reconstruir un país desde sus cimientos no es, ni jamás lo fue, tarea fácil. Todos fuimos y somos corresponsables. ¡ÁNIMO, VALOR Y MIEDO! (O)

Dr. David Samaniego

Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación. Fundador de Ecomundo, Ecotec y Universidad Espíritu Santo en Guayaquil. Exprofesor del Liceo Naval y Universidad Laica (Guayaquil), Rector del colegio Spellman (Quito) y del colegio Cristóbal Colón (Guayaquil).

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