
Las cualidades positivas hacen de un ser humano una persona honesta, responsable, amable. De su personalidad depende cómo piensa, siente y se comporta y, obviamente, es con esa personalidad, que interactúa con los demás. Con la amistad se gestan la empatía, la generosidad, el respeto y la admiración. Es importante recordar que cada persona es única y tiene su propia combinación de cualidades y personalidad, conocimientos y actitudes.
Conocí hace muchos años a Taita Alejo quien, en su juventud, había decidido interesarse por la naturaleza, rechazando otras labores y se internó en bosques, jardines, consulados, conventos, haciendas, todo ello en su natal Cuenca, así como también en Quito, Ibarra y en otras ciudades de este rico y diverso país.
Su nombre se ha distinguido en muchos estamentos y ha sido reconocido por presidentes de la República como José María Velasco Ibarra, Galo Plaza Lasso y autoridades afines con la floricultura así como, también, por mucha gente sencilla. Un verdadero mago y diestro resulta ser Don Alejo Guamán Chaca, quien tiene una energía especial que le permite, a sus 91 años, ser más fuerte que unos cuantos jóvenes. Camina por montañas y valles, selecciona muestras de plantas nativas; su “buena mano” es increíble para hacer germinar esquejes, semillas, acodos, injertos y todo lo que implique vida vegetal. Coleccionista muy refinado de lo andino, sin que su montaña no pueda albergarlo exitosamente. Senderos decorados con flores y colores, caprichosas formas y fragancias de una variedad de aromas, desde dulces y afrutadas hasta picantes y almizcladas.
Cruces católicas se encuentran en sus jardines Yahve, canto del viento y alegría del vuelo de diversas aves canoras y colibríes de elegancia sin par. Empático a tiempo completo con el frío; disfruta en camiseta, de llevarse bien con las lluvias o páramos, con el sol de altura, las nubes, el viento como silbido de Eolo, los cóndores y gavilanes que son sus amigos y centinelas en azules o níveos cielos de paraje andino. Su nativo bosque se constituye en albergue de rica diversidad biológica dentro de ecosistemas montañosos, hábitat gestor de condensación del verdadero oro de vida, como es el agua.
Ejemplar ciudadano vestido de sapiencia y humildad, de fe inquebrantable y noble corazón, que comparte la esencia de su vida con quienes lo buscan y disfrutan de sus amplios conocimientos, adquiridos en larga y prolífica vida. (O)