Viene al cuento esto de las sanciones, ahora que en la Asamblea Nacional se ha dado el extraño caso de que le quieren castigar a un novel asambleísta por el hecho de haber estado haciendo unos dibujos en una hoja de papel, ¡claro, en que más iba a ser!, en el curso de la sesión de una de las comisiones del órgano legislativo, ¡y, no faltaba más, se ha armado el despelote! Que no ha estado atendiendo a los “oradores”, que es un pésimo dibujante, que no tiene sentido artístico, que Dalí pintaba mejor, etc. Conclusión: hay que llevarlo al cadalso.
¿Confían los ecuatorianos en el comportamiento de los asambleístas cuando de juzgar los actos de sus colegas se trata?, ¿Confían los ecuatorianos en el buen juicio, en la ecuanimidad, en la imparcialidad de los asambleístas cuando se revisten de jueces para tomar sus decisiones? Todos sabemos que cuando se trata de juzgar una presunta infracción legal o reglamentaria cometida por un asambleísta, nunca o casi nunca cuenta el análisis objetivo de los hechos, sino más bien el número de votos a favor o en contra del acusado. Si tiene el respaldo mayoritario será absuelto, así haya “llenado todos los requisitos” para ser condenado, y viceversa, si los votos mayoritarios son en contra, será sancionado así se trate de un miembro activo de las cortes celestiales.
Por otra parte, ya era horita de que se elimine el nepotismo en la Asamblea Nacional y de que se sancione con la destitución a aquellas personas que han infringido la ley en este sentido. Ni primos ni pipones, que ya tenemos suficiente con los tetones. Me salió en verso. Un importante detalle que debería revisarse es aquel de las intervenciones en la Asamblea ¡leyendo un papel!
Los asambleístas tienen que entender que el debate parlamentario es así, “a capela” nomás, sin pollas o peor discursos previamente redactados y, a veces, hasta mal leídos, porque, para nomás de leer un discurso pues basta y sobra con contratar a quién ganó el concurso de lectura en el quinto grado. Si se prohíbe, por decencia, la lectura de los discursos en el parlamento, estoy seguro que las peticiones de palabra bajarán a la mitad. (O)