Votar o botar

Resulta algo insólito el que, desde tiempo atrás, el Ecuador venga ejerciendo su maltratada democracia de una forma obtusa e irresponsable al punto que podría decirse y sin miedo a equivocarme que, más que votar en sufragios bien organizados y correctos, botamos a la palestra publica y sus contables instituciones, gente que no es más que una basura, cosa confirmada luego por sus insaciables apetitos económicos y de poder, que les convierten en traficantes y corruptos de primer nivel, cosa demostrada por centenar de viejos personajes que se encuentran en cárcel o prófugos en países de igual calaña de corrupción que les aúpa y defiende, como México fundamentalmente.

No dejamos de dar razón a la gente valiosa y preparada, que no se interesa en ingresar al lodazal político y por razones muy bien contempladas y ciertas. Si recogemos nombres de víctimas de sicariato, desde candidatos a presidentes llegando a alcaldes y prefectos de pueblos chicos, no dejarán de ser un centenar, de tal manera qué, quien tenga su vida organizada, limpia, correcta, de servicio con valores inquebrantables y rectos, pensará muy profundamente para aceptar ser candidato y sopesará su vida y la de su familia, ante inminentes riesgos y frecuentes atentados y no aceptarán seguramente, dejando libres cleptómanos e inmorales en dirigencias. El semillero, en especial Manabí, Esmeraldas, Guayas, es el narco negocio, que mueve millones de dólares y que, con su capacidad de coimas y triquiñuelas, tiene autoridades como sus peones y si no consiguen dominarlos con dolaritos, lo hacen con bala.

La asamblea nacional no puede ser mejor ejemplo. Asambleístas que se insultan con epítetos de baja estopa. La bronca entre la excandidata presidencial, Luisa (de la que nos libramos) insulta de tuerta de m… a una compañera de bancada, quien no demora en contestar que ella es, a cambio, una prostituta que subió peldaños de privilegio en el partido verdoso por favores sexuales, cosa que ella aclara, que sí y algunas veces, pero que fue por amor.  Existe un prófugo último, acusado de pedofilia y el mismo propone como ley, bajar la edad para cuestiones sexuales. Tenemos también un niño que a duras penas sabrá sonarse la nariz y que, ante el aburrimiento de interminables discusiones del pleno, se dedica a hacer dibujitos de muñecos de televisión. Tienen la consecuencia y lealtad tan olvidadas, que se desafilian y forman un bloque de independientes, pidiendo la salida de su alto dirigente y mentalizador, el célebre Pativalija. Se acabó el papel, pero hay mucho más. (O)

Dr. Aurelio Maldonado

Médico otorrinolaringólogo. Profesor universitario. Presidente de varias instituciones y de Congresos. Escritor.

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