Desafíos del aburrimiento

No sé si los conceptos han ido adaptándose a nuevas realidades, pero antes, el aburrimiento era visto como un aspecto negativo en la niñez y la adolescencia. Se buscaba academias deportivas y artísticas a modo de distracción, en ciertas ocasiones a modo de estudio, y sobre todo estas actividades representaban el reemplazo y medicina al televisor, un artefacto visto como una grave adicción.

Luego, con la llegada de los teléfonos portátiles para recibir llamadas y mensajes de texto nos mantuvimosatentos. El sonido de notificación de una llamada o mensaje representaba que alguien (del círculo muy cercano) nos pensaba y aquello simplemente llegaba al corazón. No interrumpía los tiempos didácticos, ni la escuela, ni las tardes de juego, pero empezó a generar una dependencia de llevar con nosotros a todo lado un dispositivo por el mero “por si acaso.”

Ya sabemos lo que tenemos hoy: pantallas que se activan a la madrugada ante un “no puedo dormir;” una iluminación que nos invita a tener nuevos protectores solares que incluyan también una protección a la luz visible o azul; una falta de gestión y administración de tiempo y aburrimiento. 

Nuestros instinto, cuerpo y mente nos motivan a reaccionar según las alertas que recibimos en cada situación. En el peligro, buscamos ayuda; ante una caída ponemos las manos; tras un susto, damos un grito. Con el aburrimiento, despierta la creatividad. Por definición de la RAE, el aburrimiento es sentir el cansancio del ánimo originado por falta de estímulo o distracción, o por molestia reiterada. 

Entonces, ¿Justifica el uso de pantallas los incontables minutos viendo videos y publicaciones de la vida de los demás para combatir el aburrimiento con estos estímulos?Frases como “ve al patio y juega” “lee un cuento” “pintemos dibujos” “hagamos una manualidad” están algo extintas. Y aunque digitalmente hay personas extraordinarias para el desarrollo de programas, sistemas, y aspectos de realidad virtual, aburrirse, hace falta para los demás. No saber qué hacer y quedarnos en blanco, también trae su beneficio. Demos paso a esos momentos de hastío, pues nos daremos cuenta de cuán valioso es nuestro interior y exterior. Escuchémonos y entendamos lo que podemos crear para nuestro entorno, nosotros mismos y con los demás. Seguro será algo bello. (O)

Lcda. Estefanía Chalco

Magister en Gestión Cultural, Licenciada en Estudios Internacionales y Comercio Exterior. Ha ejercido funciones en el sector público y privado ante organismos internacionales. Gestora de proyectos sociales.

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