El cuidado de los padres

Estefani Chalco Salgado

“Los abuelos, se vuelven como niños.” Algunos basan esta comparación en los momentos de resentimiento como cuando un pequeño no fue complacido en su pedido. Otros, ven la dependencia que se genera en los abuelos al perder cierta movilidad y fuerza por razones de enfermedad, tal como un bebé que se abraza al cargarlo, o un pequeño que pide ayuda para comer. Hay también un ámbito profundo en esta asimilación, y es la pureza de sus almas. “De los niños es el reino de los cielos,” y los abuelos, cada vez se hacen más sabios, tiernos, se arrepienten de corazón y buscan el cielo.

Hay dos aspectos que destaco sobre esto de cuidar a los padres. El primer punto es la edad. Independientemente de ser adultos mayores o jóvenes padres, debemos reconocer que hay ocasiones en las que todos somos vulnerables y necesitamos ayuda. Claro, el ciclo natural es que los niños sean niños y no asuman responsabilidades de este calibre. Pero lo que busco aflorar aquí, tiene que ver con la empatía. Es desde su corta edad, con el cariño recibido y el ejemplo que se les ha brindado, que los hijos despiertan ese sentir de comprensión y compasión hacia sus padres, abuelos o bisabuelos. Esta cercanía supera las distancias territoriales, los tiempos generacionales y las situaciones extremas. Se construye a paso a paso. En definitiva, no hace falta esperar a ver a nuestros antecesores postrados para solo ahí cuidarlos.

Lo segundo, es aceptar que se trata de una realidad difícil. Incomoda tomar turnos para cuidarlos. Cada quien tiene su trabajo, hijos a cargo, rutinas, y otras necesidades que atender. Sería hipócrita romantizar la situación. Pero igual se romantiza la llegada de un bebé obviando las noches sin dormir, los ajustes económicos para la familia, la limitación de salidas, los retos laborales, y tantos sacrificios que hacemos padres y madres. Pero, ¿Ha valido todo eso la pena? ¿Se arrepentiría usted de haber cuidado a sus hijos? Posiblemente son las mismas preguntas que responderían abuelos y bisabuelos con un enérgico NO.

Cuidar es conservar. Conservar a mamá, conservar a papá. Va más allá de lo terrenal. Es conservar el amor, conservar el tiempo, trascender al recuerdo. La visita alegra el día, pero el cuidado llena el alma. No se puede exigir mucho, pero espero Ud. me haya comprendido. (O)

Lcda. Estefanía Chalco

Magister en Gestión Cultural, Licenciada en Estudios Internacionales y Comercio Exterior. Ha ejercido funciones en el sector público y privado ante organismos internacionales. Gestora de proyectos sociales.

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