Muebles finos

Hace unos pocos días el país ha tenido que sufrir la vergüenza de un escándalo bastante ordinario, ciertamente, pero que le ha abochornado de manera inconcebible. Es el caso de la “jueza” Nubia Vera quien, para hacer trámites y conceder una sentencia favorable, ha pedido que le obsequiaran muebles finos de un almacén que ella misma señalaba y, por si eso fuera poco, además exigía ser invitada a restaurantes especiales, a los cuales con seguridad no iba habitualmente. El delito cometido por esta jueza es concusión.

 En esta época de delincuencia rampante, en que todo fulano, o fulana, que logra encaramarse a puestos públicos lo único a lo que aspira con ardientes ansias es conseguir dinero, en la más abundante cantidad, para gastar cuando lleguen los días de vacas flacas. Por eso encontramos que los mafiosos criollos, cada vez más numerosos, han descubierto que es muy bueno ubicarse en municipios para mediante tráfico de tierras enriquecerse rápidamente, o mediante la colocación en esas fabulosas agencias de tránsito o Empresas de Movilidad, en donde venden licencias, matrículas, perdón para faltas y delitos, en departamentos municipales de catastro gracias a los cuales es fácil adueñarse de terrenos ajenos, la administración de puertos que siempre ha sido una extraordinaria fuente de dinero para los mafiosos.

Lo que comentamos, un delito cometido por una jueza desvergonzada que exigía coimas a quienes necesitaban de su gestión, es algo demasiado vulgar. No pedían a esa jueza ningún favor especial, simplemente que haga los trámites de un juicio convocando la audiencia. Sin embargo, esa descalificada persona exigía que le “regalaran” muebles finos para cumplir con lo que era su obligación.

Desde hace muchísimo tiempo se ha sabido y comentado que los personeros de la función judicial, desde secretarios hasta jueces, “funcionan” mejor si de por medio había “aceite”, una folclórica manera de designar al mejor lubricante en tales circunstancias: el dinero o sus equivalentes en especie, es decir regalos de cualquier forma. Pues ahora hemos tenido ocasión de saber que una jueza exigía muebles finos a cambio de hacer lo que es su obligación, es decir trabajar. (O)

Dr. Marco Carrión

Médico desde 1968. Profesional en SOLCA y en el IESS, donde fue Director de la Regional 3. Fue Director del Hospital José Carrasco Arteaga y docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cuenca.

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