“Nuevos y más borregos”

Cuenta la historia que hace algunos años existió un considerable rebaño de “borregos”, que los iba incrementando en su número un “beduino” muy sagaz y que los reunía sabatinamente para pasarles revista, contar el número y enrumbarles por los senderos, a conveniencia del pastor. Que era tan astuto el beduino que les obligaba a los borregos a adoptar diversos comportamientos en función de los caprichos del pastor y también de sus “beduinitos” ayudantes. Se narra de la presencia de borregos incapaces o negativos de seguir los mandatos del pastor, terminando por ser desalojados del rebaño, no sin antes, recibir el respectivo escarmiento los sábados y con la lacra de ser rebeldes, mal agradecidos y traicioneros. La narración refiere que, poco a poco, los borregos iban desapareciendo, otros se juntaban a nuevas manadas, hasta que el beduino al quedarse casi sin borregos optó por escoger a unos pocos y con ellos buscar, lejos y muy lejos, otros lugares en donde los borreguitos estén tranquilos, libres de peligros y bajo la tutela del beduino que va envejeciendo y por ende perdiendo sus mañas y artimañas de buen pastor.

Y, cuando al parecer el campo se quedaba sin borregos, cuenta la historia, que por obra y gracia de una “crónica de una muerte anunciada” que lo llamaron “cruzada”, aparece un joven beduino entrenado por los gringos, que inicia cautivando con promesas de pastorear a cada vez más borreguitos, que recibirían los mejores cuidados de un pastor que ofrece casi todo y a todos. No fue mucho esperar que fueran sumándose al nuevo “proyecto beduino” más y más borregos, con muchas expectativas, aunque también con temores de ser trasquilados, siendo indispensable el cumplimiento de los mandatos del pastor como: el levantar sus extremidades delanteras cuando se los pide, agachar las cabecitas cuando el pastor los complace, y lo más cautivante es que deben sumarse y obedecer a las órdenes y  acciones del beduino,  pero, ¡sin balar para nada ni por nada!, sabiendo que pueden de un momento a otro ser trasquilados y enviados hasta en valija.

Este relato se da en la “mitad del mundo” generando muchísimas expectativas en todos los públicos, y con el prurito de conocer cuándo y cómo será el desenlace de un pastoreo, casi que repetitivo, en el devenir histórico de los pueblos.

NOTA: cualquier parecido es pura coincidencia (O)

Dr. Hugo Lucero

Médico-Gerontólogo. Especialista en Gerencia en Salud. Máster en Gestión Pública. Autor de libros sobre Gerontología y “Apuntes sobre la Historia de Gualaceo”. Miembro del colectivo “Casa Tomada”.

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