No podemos dudar

Cuando conocemos que la vida está en dependencia estricta del agua, resulta necio despreciar a la noble agua, cuando por asuntos inherentes a hechos humanos, sabemos de la degradación que se hace día a día sobre las fuentes de agua como lagos, ríos, mares, glaciares, casquetes polares y témpanos. Hoy se habla de estrés hídrico como un problema global, en virtud de que una cuarta parte de la humanidad, la padece. El conflicto surge cuando la demanda de agua supera la oferta disponible, afectando la seguridad alimentaria (60 % de la agricultura mundial), causando enfermedades y gestando malestar entre pueblos, con guerras por el agua que están a las puertas de suceder.

En un país como Ecuador, rico en biodiversidad, esta se encuentra en riesgo cierto por la contaminación que ocasionan los procesos de extractivismo, por destrucción de hábitats, contaminación de sus ecosistemas, agotamiento de recursos y exportación de materias primas para la gran industria externa, a cambio de tan poco. Bajo ningún punto de vista se puede poner en riesgo el recurso hídrico y todo lo que de él depende. Existe una injusta repartición de las ganancias a pesar de la intervención gubernamental, siendo las consecuencias más letales del extractivismo:  la violencia, la pobreza y el deterioro de los ecosistemas que albergan la vida.

El Ecuador como cualquier país se encuentra en un proceso de explosión demográfica, lo cual significa incremento de consumo del agua, en tanto por varias razones hemos perdido fuentes de recarga, destrucción de bosques, alteración eutrofizante de lagunas, basura lanzada por doquier, contaminación química y antrópica por industria y ausencia de respeto ecófilo, respectivamente.

Las ciencias al alcance de la humanidad y la experiencia en otras latitudes del planeta (Namibia), son los factores que nos instruyen lo que ocurre con actitudes de irrespeto por la vida, de suerte tal que las consultas populares realizadas con las poblaciones de Cuenca y Girón, exigen que el desenlace que esperamos tenga el respeto por Kimsacocha, no podemos dudar de que la justicia y el Gobierno, no acaten la voz del pueblo y la verdad.

Azuay y muy particularmente Cuenca, esperan una respuesta categórica de respaldo, por parte de las autoridades. (O)

Dr. Eduardo Sánchez

Doctor en Química por la Universidad de Cuenca. Excatedrático de la Universidad de Cuenca. Director del Proyecto “Reproducción de orquídeas por semillas”. Conferencista y articulista internacional.

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