Cuestión de fe

Estefani Chalco Salgado

No crea usted, apreciado lector, que este artículo será sobre religión. Más bien toca algunos ámbitos de la vida cotidiana y nuestras creencias y expectativas que podrían llamarse de diversas maneras como las que nombro a continuación.

Ley de atracción. Por la cual se asume que la fuerza que ponemos en los pensamientos y emociones llevan a que ciertas intenciones ocurran según lo anhelado. Filosofía o pseudociencia (porque no cumple con un método científico para mostrar evidencia), se basa en que, al haber energía en el universo, se puede vibrar y sintonizar entre las energías y atraer vibraciones similares.

Alineación con el cosmos. Aterrizando el ejemplo, mencionaré a la luna. Si bien no hay un respaldo científico sobre su relación con las emociones de las personas, sí se consideran a los resultados de cambios en el comportamiento por las permutas de la luz lunar.  Se analiza que, por el incremento o disminución de la luz en las fases lunares, la luz ambiental que todos recibimos por la noche cambia, y esto tendría un efecto directo en la generación de melatonina y, por tanto, en la calidad del sueño. Reconocer la influencia lunar en el día a día, es la base para muchas personas que se sienten sensibles a estas variaciones

Fe. Posiblemente la fuerza más conocida de las mencionadas siendo la más corta de las palabras. Por definición, es simplemente la confianza en alguien, algo, o una deidad. No está solamente en la religión, aunque ésta, es la que más la ha estudiado y la eleva a una virtud. Es creer a pesar de que no se ve. Es certeza de esperanza. Es más fuerte que el decreto, más amplia que el cosmos, y la más incomprobable científicamente de estas tres creencias. Pero es la que más existe y nos mueve.

El espacio a la duda, nos rompe del convencimiento de que podemos lograr algo y nos saca de la finalidad positiva. No solo me refiero a la materialización de un proyecto, sino a cómo esa fe que genera la confianza en Dios, la ley de atracción o la luna, nos completa en emociones y paz interior para permitirnos obrar hacia la consecución de nuestros objetivos o dar paso a los dones que alumbran nuestras vidas. La fe es creer y confiar sin ver, y si la vemos hasta en las incomprendidas fuerzas físicas, no se diga lo que puede alcanzar en un nivel de Divinidad. (O)

Lcda. Estefanía Chalco

Magister en Gestión Cultural, Licenciada en Estudios Internacionales y Comercio Exterior. Ha ejercido funciones en el sector público y privado ante organismos internacionales. Gestora de proyectos sociales.

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