Cuenca es agua

            Bienvenidos a Cuenca. Pase. Conozca. Disfrútela. Pero, sobre todo: cuídela. Cuidémosla juntos.  

Sí. Somos muy orgullosos de ella, la queremos y la protegemos. Es natural a nuestra historia de empuje. Sin recursos abundantes desde el centro político; pero con profundo espíritu cívico, solidario, respeto a lo público y una sensibilidad que nos hace hasta cantar. Los cuencanos entendimos tempranamente a hacer las cosas bien y que para ello se requerían acciones y trabajo autónomo. Propio. Sin dependencia. Sin arribismo. Con esfuerzo. Nuestra Ciudad se fundó institucionalmente en 1557. Su nombre y fundación provienen del virrey -conquense (de Cuenca de España)- Andrés Hurtado de Mendoza. Antes, fue la antigua ciudad incaica de Tomebamba. Recuerde: Tomebamba.

Cuenca es preciosa, armónica, paisajística, con una arquitectura deslumbrante y cuidadosa, de gente amable y confiable -a veces muy confiada de los gobiernos de turno-. Llena de una tradición iberoamericana, con intelectuales de talla e industria familiar. Artesanos, deportistas, tempranos exportadores, artistas, comerciantes, académicos, profesionales y niños campeones y felices.

Nos cruzan 4 preciosos ríos. Tomebamba, Yanuncay, Machángara y Tarqui. Los vemos desde todas partes. En su entorno hay líneas verdes, árboles y enormes eucaliptos. Seamos claros. Cuenca se mira desde y hacia arriba. Crecimos, vivimos, jugamos, corremos y nos movemos entorno a nuestros ríos. Nuestra mirada es de agua. La ilusión es llegar a casa por un vaso de agua (de nuestros ríos). Las ferias, la familia y el compartir, es con los ríos. Los peores momentos de un estiaje nos lleva a decir: “el río está seco”. Cuando llueve mucho: “¿si vieron cómo ha crecido el río?”. O, cuando cruzamos el Tomebamba: “¡Qué precioso es el Barranco!”. Contamos la historia del Julián Matadero y el Puente Roto de un río que “se puso bravo”. Para entendernos mejor. Los cuencanos somos agua.

La Constitución dispone zonas intangibles, tutela a ecosistemas frágiles y garantiza la dignidad de los seres vivos. La Corte habilitó una consulta popular para cuidar nuestra agua. Su dictamen es nítido: “la prohibición de explotación minera en las zonas de recarga hídrica”. No está muy difícil comprenderlo. El incumplimiento de las decisiones constitucionales conlleva a la destitución de los funcionarios incumplidores. Como en Cuenca sí nos gusta cumplir el orden constitucional, habrá que hacerlo cumplir. Si está en amenaza nuestra agua y ríos, está en amenaza la esencia de Cuenca y entonces, del país.

@jchalco

Dr. José Chalco

Doctor Ph.D. en Derecho, Magister en Derecho Constitucional. Abogado de los Tribunales de Justicia de la República. Profesor Titular de Derecho Constitucional en la Universidad del Azuay. Profesor de posgrado.

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