¿Constituyente para qué?

Marco Salamea Córdova

La aprobación que dio la Corte Constitucional al Gobierno para que, en la próxima consulta popular, se pregunte al pueblo si está o no de acuerdo con la convocatoria a una Asamblea Constituyente para que redacte una nueva Constitución, conlleva la necesidad de analizar cuál sería el objetivo de fondo que se buscaría con la Constituyente y con una nueva Constitución.

Desde el discurso del Gobierno el objetivo de tener una nueva Constitución sería adaptar el marco jurídico-constitucional del Estado a los nuevos tiempos del país, sobre todo a la necesidad de enfrentar los agravados problemas de inseguridad; pues parece ser que según ese discurso ahora la causa de esos problemas ya no estarían, como se ha sostenido antes, en la corrupción de la Justicia, el cierre de la base militar extranjera de Manta, la no extradición de capos de la droga, la no intervención de los militares en las calles, la falta de dureza en las penas, etc. . No, ahora según el Gobierno la culpa de la inseguridad y de otros problemas que vive el país, no sería la mala gestión, sino la Constitución.

Sin embargo, el tema de la inseguridad más que el motivo asomaría más bien como el pretexto para cambiar la Constitución (así como fue el pretexto para subir el IVA al 15% y para tomar otras medidas económicas y políticas). En este sentido, en el fondo lo que se buscaría más vale es tener una Constitución que se adapte al proyecto económico y político que pretendería impulsar el régimen, a saber: un proyecto neoliberal-monetarista (aupado por el FMI) y de tendencias represivas y totalitarias.

En cuanto a lo primero, cuestiones como la privatización de los llamados sectores estratégicos de la economía, la profundización del modelo extractivista (con la eliminación de los derechos de la naturaleza) y la flexibilización laboral asomarían como cuestiones claves de una nueva Constitución. Y en cuanto a los segundo, temas como la reducción de los derechos sociales, la limitación de las libertades civiles y políticas, además de una mayor concentración del poder en el Presidente y un mayor control de la sociedad, aparecerían también como claves. Se trata de cuestiones y temas sobre los cuales el Gobierno ya ha pretendido avanzar en sus casi dos años de gestión. (O)

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