Mi cajita musical

Estefani Chalco Salgado

Brazos hacia arriba, manos delicadas, pies en puntas y un tutú giraba. Los sentidos se activaban cuando una melodía sonaba, eran sonidos envolventes, mientras la dama bailaba. Cierto romanticismo emanaba la cajita musical, como si hubiera un amor inédito, de esos ya escritos, pero muy poco vistos. Es extraño que un mecanismo se haga dulzura. Cuando un metal parecido a un peine con puntas alargadas y flexibles, choca con otros puntos sobresalientes de un pequeño cilindro, hay efecto de música. He aquí un momento en el que la mano del hombre parece dar vida, gira la manivela y todo se activa.

La versión más conocida de cajita musical, es la pequeña, de esas que se dan cuerda con una clavija al costado o en la base del adorno apreciado. También hay aquellas bolas de cristal y nieve cuyos tornasoles se armonizan con el tin tin y el ding ding de un engranaje que hipnotiza y además nos estatiza hasta dudar de si fuimos nosotros quienes animamos la cajita, o si es ella, la que da cuerda a nuestros días.

El tiempo influye en cada giro, y es que es de un reloj que la cajita musical vino. Antoine Favre, es considerado el inventor de las cajas de música por su creación de relojes de bolsillo cerca de 1800. De este primer sistema de discos que al girar sobre sus ejes se entrelazan para dar movimientos en cadena a todas las ruedas involucradas, se haría la base para añadirle música mediante la distribución perfecta de pequeños puntitos de metal en el espacio de un cilindro que, al girar, levanta esos dientes metálicos del peine antes mencionado para que su vibración entregue la melodía en una acción cautivante.

Pero no nos quedemos en lo pequeño, la cajita musical también es grande. Si nos vamos al recuerdo, hemos visto cajitas musicales en las películas de antes. ¿Recuerdan a Heidi? La niña de hermosos rizos de una película del año de 1937, veía por su ventana a un organillero. Un señor dando manivela a una caja más grande pero todavía portátil. Pues ese era el organillo que igual sonaba y animaba en las calles. Su sistema es más complejo, incluye fuelles, y según su tamaño, los puntitos que sobresalen en el cilindro, pasan a ser miles, y ahora como púas que, ubicadas en secuencia dan las notas de la proyección melódica. Grande o pequeña, mi cajita musical siempre me va a enamorar. (O)

Lcda. Estefanía Chalco

Magister en Gestión Cultural, Licenciada en Estudios Internacionales y Comercio Exterior. Ha ejercido funciones en el sector público y privado ante organismos internacionales. Gestora de proyectos sociales.

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