Intereses mezquinos    

CON SABORA A MORALEJA

Hay un grupito de correístas que no quiere que Imbabura esté en paz. Y dentro de los rostros visibles que hacen lo imposible para que esta provincia siga caótica, destaca el de Pacha Terán.

Es una maestra vinculada a la UNE, una organización que ha sobresalido en los paros nacionales por lanzar piedras y ponchar llantas. Pero hoy, sus protestas son vandálicas y agresivas.

Fue candidata a vicepresidente con el binomio de Jorge Escala que apenas obtuvo el 0.39% de la votación nacional. Sin embargo, pretende dar clases de cómo se debe manejar un país. ¿Se le se subieron los humos a la cabeza o es que nunca la tuvo? Si sus propuestas en campaña hubiesen sido llamativas como sus gritos y su discurso insurrecto, la gente la hubiera apoyado.

¿Por qué en lugar de exigir subsidios, los dirigentes indígenas no exigen escuelas y tecnología para sus comunidades? Porque les conviene mantener a todos en la ignorancia; así es más fácil manipularlos y ponerlos a marchar, bajo amenazas, cada vez que quieren generar caos.

Si la protesta es pacífica, no deberían usar pañuelos ni mascarillas para taparse el rostro. Ni lanzar bombas molotov o dar palazos a carros, gente y policías. Lo hacen porque son terroristas a sueldo, no manifestantes.

Terán también mencionó que un gran pensador dijo que “el Gobierno tiene en sus manos la sangre indígena, y los indígenas en las venas”. Pero nunca dio el nombre de ese pensador porque, simplemente, no existe. Fueron los correístas quienes acuañaron esta frase.

En otra parte de su discurso aseguró que los dirigentes indígenas tienen la misma autoridad que el presidente de la República. De acuerdo a esto, la mujer está más perdida que Adán en el día del padre. Esos supuestos líderes que menciona Terán ¿han sacado a sus comunidades de la pobreza? Para nada. Pero lo que sí hacen es obligar a su propia gente a ser carne de cañón; forzando a ancianos y madres con hijos a que salgan a las manifestaciones mientras ellos: Terán, Vargas, Iza y otros despreciables no tienen ni un rasguño en tanto que, desde sus bases, extorsionan y exigen por teléfono a más personas a que se plieguen al paro y finalmente pierdan la vida por defender a mineros ilegales y contrabandistas. Estos caudillos no se diferencian en nada del prófugo, pues anteponen sus intereses mezquinos ante el bienestar de los demás.

Leí esto por ahí: “El que justifica la violencia como método de protesta, debe también aceptar la fuerza como método de respuesta”. (O)

Lcda. Bridget Gibbs

Periodista y escritora. Norteamericana de nacimiento, pero cuencana de corazón. Radicada en Cuenca desde hace 45 años. Lleva una década colaborando con la página editorial de El Mercurio.

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