La humanidad ha sido testigo de una serie de revoluciones desde hace 500 años. La tierra se ha unido en una única esfera ecológica. La economía ha crecido de forma exponencial, y la humanidad goza de una riqueza propia de los cuentos de hadas. La ciencia ha conferido a la humanidad poderes sobrehumanos y la energía prácticamente ilimitada. En fin, se ha transformado la vida cotidiana. Pero ¿somos felices? A caso la humanidad con tanta energía tiene almacenes inagotables de dicha. ¿Ha hecho que el mundo sea un lugar mejor para vivir? Fue más feliz aquel ciudadano, que llego a la cúspide del poder, que el cazador-recolector anónimo que hace 30.000años dejo la huella de su mano en su cueva.
Los historiadores, no se preguntan si los ciudadanos de hoy son más felices que sus antepasados cazadores-recolectores…Si los imperios influyeron en la felicidad de millones de personas, estas y otras preguntas que no se hacen a la historia. Mire Usted la sociedad actual con su crecimiento económico no hace a la gente más feliz, ¿Cuál es el beneficio del capitalismo? Acaso el crecimiento económico y la abundancia material hace que la gente sea más feliz. Porque los historiadores han evitado plantear estas preguntas, y no hay respuestas.
Los humanos suelen usar sus capacidades para aliviar los sufrimientos, de ahí se cree que nuestros antepasados medievales, fueron más felices que los cazadores-recolectores de la edad de piedra. Si nadie echara por tierra sus fantasías; todo está determinado por lo que cada uno siente. Según el budismo, nuestras sensaciones no son más que vibraciones pasajeras, que cambian cada momento, como las olas del océano. Los biólogos lo indican: “La felicidad empieza dentro”. Y vivieron felices…como un sentimiento subjetivo. (O)

 
			






