El barco gemelo del Titanic

Terminado en julio de 1914 como el postrer trasatlántico clase Olympic -a la que también pertenecía el Titanic- el Britannic fue la última apuesta de la naviera White Star para transportar pasajeros hacia América. 

Aprendiendo de los errores del pasado, la constructora naval equipó al inmenso barco con el doble de botes salvavidas de su hermano desafortunado, el Titanic, así como la elevación de cinco mamparas hasta el nivel de cubierta para prevenir una inundación que llevara al hundimiento de la nave. 

Sin embargo, el Britannic jamás entró en servicio como barco de pasajeros. Un mes después de su inauguración, el estallido de la Primera Guerra Mundial llevó al gobierno británico a requisarlo para uso militar, permaneciendo en su astillero de Belfast a la espera de órdenes. 

Estas llegaron al año siguiente como respuesta al elevado número de heridos y enfermos de tifus que generó la batalla de Galípoli en Turquía. El Britannic fue reconvertido en buque hospital con una capacidad de 3300 heridos y 500 médicos. Fue pintado de blanco para denotar su carácter médico con una franja verde a su costado, interrumpida por tres grandes cruces blancas. De esta manera, el barco quedaba a salvo del enemigo, pues la conferencia de La Haya prohibía los ataques contra hospitales y personal médico durante las guerras. 

La primera misión del Britannic fue el viaje hasta la isla de Lemnos (Grecia) para recoger a los heridos ingleses, partiendo de Liverpool el 23 de diciembre de 1915 al mando del capitán Charles Bartlett. El coloso habría de completar cinco viajes más al mismo destino, antes de desaparecer para siempre. En su sexto viaje, el Britannic siguió el trayecto ya conocido hacia Lemnos. Pero lo que Bartlett no sabía, era que el paso por el Mediterráneo había sido minado el día anterior por un submarino alemán como parte de la guerra submarina que el Kaiser mantenía contra los aliados. El 21 de noviembre de 1916, el Britannic se impactó con una mina que le destrozó el estribor.

Por la brecha en el casco comenzaron a colarse toneladas de agua que inundaron la proa. Con el buque condenado a hundirse, el capitán ordenó la evacuación y mandó un SOS intentando salvar al Britannic dirigiéndolo hacia la isla de Kea con la intención de encallar en la playa. Al bajar los primeros botes, los pasajeros observaban con horror cómo estos eran arrastrados por la corriente hacia las hélices del barco. Bartlett ordenó detener las máquinas y, gracias a ello, la evacuación se completó sin contratiempos. Curiosamente, entre el personal médico, había una enfermera que sobrevivió al naufragio del Titanic quien saltó a tiempo a uno de los botes, evitando, nuevamente, su muerte. (O)

Lcda. Bridget Gibbs

Lcda. Bridget Gibbs

Periodista y escritora. Norteamericana de nacimiento, pero cuencana de corazón. Radicada en Cuenca desde hace 45 años. Lleva una década colaborando con la página editorial de El Mercurio.
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