No sé si será mucho pedir, pero no está por demás sugerir. 

En la consulta popular y referéndum al que hemos sido convocados el próximo 16 de noviembre, sería deseable, políticamente correcto y responsable que la decisión de cada uno de los convocados, tenga que ver con un análisis serio respecto de lo que nos están consultando, que no sea como en ocasiones anteriores un voto de apoyo o rechazo en relación al convocante.

Nos piden pronunciarnos sobre tres temas importantes y uno que de aprobarse puede conducir hacia algo trascendental, este último es el de la Asamblea Constituyente, respecto de la cual hay dudas y reservas, sin embargo puede convertirse en una oportunidad, no para refundar pero sí para cambiar.

Sí mayoritariamente decimos sí a la Constituyente, no cambiamos automáticamente de Constitución, ni nos quedamos sin ella, tendremos que elegir luego a los que integren la asamblea para elaborar la propuesta, y después votar a favor o en contra del texto constitucional que nos presenten, es decir la decisión sobre el cambio o no de Carta Magna, aún tiene que esperar.

Si decimos no, simplemente y sin más nos quedamos como estamos. (O)