Sucede, generalmente, después de un partido de futbol y ni se diga si el partido ha revestido alguna importancia local, nacional o, más aún, a nivel internacional: los comentaristas deportivos se pasan “comentando” días de días sobre el uniforme de los equipos, sobre las novedades previas a la realización del encuentro, sobre la ausencia de tal o cual jugador, sobre el tipo de alineación, sobre la estrategia utilizada por el técnico, sobre los aciertos y errores del árbitro, sobre los goles, sobre las amonestaciones, las expulsiones, los cambios, el número aproximado de espectadores, el monto estimado de la taquilla, como queda el tablero de posiciones, la tabla de goleadores y, no podía faltar, las recomendaciones para los próximos partidos.
Hoy se ajusta una semana de la consulta popular y la mayor parte de los medios de comunicación siguen con sus espacios atiborrados de comentarios sobre los resultados de la misma. Politólogos, analistas políticos, constitucionalistas, especialistas en crisis de gobernabilidad, magos, brujos, etc, salvo las excepciones de ley, han tenido la bondad de explicarnos, al revés y al derecho, su punto de vista sobre las incidencias de la Consulta: la “previa” (si la fecha fue o no la adecuada, y si las preguntas fueron o no las pertinentes), las “alineaciones”, o sea, quienes a favor y quienes en contra, declaraciones de los dirigentes de ambos bandos, fricciones entre los “players”, calentura en los graderíos, pitazo final por parte de la señora Atamaint y fin del partido.
Y siguen los comentarios: que nadie ganó y que nadie perdió (¿?), que todos ganamos y que todos perdimos (¿?), que no debió convocarse la consulta, que si debió convocarse, que cual fue la incidencia del indigenado en el voto por el NO, que cual será la posición de la CONAIE en las próximas elecciones seccionales, que la dirigencia de los que sabemos han celebrado los resultados como si hubiera triunfado la Luisita para presidenta del país, que el gobierno tiene que rectificar y los partidos políticos también, que esperemos para ver cómo le va a la “tri” en el próximo mundial para según eso ver a quién apoyamos en las próximas presidenciales. (O)







