Análisis político
La denominada “Revolución ciudadana” (RC), que asoma todavía como la principal organización política del país, actualmente atraviesa una crisis interna; la misma que se originaría sobre todo luego de las últimas elecciones presidenciales (en las que volvió a perder Luisa González) y que tiene como uno de sus últimos síntomas la desafiliación de la Prefecta del Guayas.
Se trata de una crisis que denota un lento desgaste orgánico-político; una situación motivada por varios factores, entre los cuales se puede resaltar los siguientes: el viraje de Lenin Moreno que, intempestivamente, de ser un ferviente correísta como Vicepresidente se convirtió en una acérrimo anticorreísta como Presidente, lo que dio inicio a procesos penales contra ex altos funcionarios de régimen correísta (Incluido el ex Presidente Correa), ya sea por casos de corrupción o por persecución; la cooptación de dirigentes y militantes del correísmo (que incluyen a Asambleístas) por parte de los Gobiernos de Moreno, Lasso y especialmente Noboa; el liderazgo vertical y caudillista de la RC por parte del ex Presidente Correa, incapaz de aceptar ciertos criterios o posturas discordantes con la suya en la RC; y, finalmente, la falta de apertura de la dirigencia de la RC para renovar ciertos principios ideológicos y su línea política, en función de los nuevos tiempos políticos, y de la necesidad de buscar una unidad más amplia con otros sectores sociales y políticos del centro a la izquierda.
Socialmente, empero, lo que más ha estancado a la RC y neutralizado la posibilidad de su regreso al poder gubernamental (pues ya ha perdido tres elecciones presidenciales consecutivas) ha sido la pervivencia del clivaje correísmo-anticorreísmo; pues en base a este han llegado al poder Lasso y, por dos ocasiones Noboa; amén de que ha sido usado permanentemente por estos últimos como distractor para eludir sus responsabilidades, cuando sus errores de gestión han generado críticas en diversos sectores ciudadanos.
En todo caso, aunque en crisis, la RC seguirá vigente en la escena política nacional, y esto no sólo para beneplácito de sus seguidores, sino de sus opositores, pues una desaparición de la RC impediría seguir usando el anticorreísmo como su mejor arma político-electoral. (O)


