Venezuela y Chile

Este cuento de que Trump está a punto de sacarle del poder a Maduro se ha convertido en una fábula. Con tensiones fuertes  en la región,  en la práctica todavía no pasa nada o al menos no se ve la tan trillada amenaza de que el retorno a la democracia en Venezuela será un hecho.

El miércoles Trump exigió le devuelvan a EEUU sus derechos petroleros defendiendo el bloqueo de los buques que transportan hidrocaraburos; mientras en Venezuela a Maduro le nombraron, en una reunión entre ellos, “Arquitecto de la Paz”  en  un acto de conmemoración por la muerte de Bolívar.

El discurso del dictador fue enfocado a decir que él era un luchador de la paz no solamente de Venezuela sino de la región, y amanezó a Katz si se “atrevía”  a tocar a algún venezolano, dentro de la política de regularaización de la inmigración irregular en Chile.

Mientras el desorden en Venezuela se agudiza, por la clarísima crisis de insatisfacción interna,

(inclusive dentro de la propias filas chavistas duras el descontento se ha agudizado) en el país de la “Estrella Solitaria” se dio un ejemplo de civismo y de madurez política entre la opositora Jeaneth Jara,  militante del Partido Comunista, quizás como organización, la más fuerte de las que sobreviven bajo esa línea en América Latina, cuando se dio la tradicional llamada de felicitación al ultra derechista Katz. Por si acaso, estas actitudes son odiadas por radicales del populismo, porque allá ni siquiera se podría pensar en “tintas saltarinas” o algún otro mecanismo inventado para desacreditar un triunfo apoteósico del hoy presidente que ha intentado varias veces llegar al poder, y que independientemente de compartir su visión, recibió el apoyo de la gente.

Chile y Venezuela, son dos polos de lo que ocurre en América Latina. En el un caso, como conocemos, hay un fuerte respeto por las elecciones, y el presidente ungido, tiene la seguridad de gobernar el país por 4 años sin posibilidad de reeleción inmedita, tiempo que los chilenos consideran suficiente para consolidar propuestas, partiendo de un concepto fuerte: las politicas de Estado se conservan con cualquier ganador, basados en la justicia social, la transición ecológica sostenida, la descentralización, el trabajo decente justo, y un poder legislativo fiscalizador y creador de leyes, basado en la bicameralidad. El poder judicial se sostiene en una fuerte Corte Suprema de Justicia, en donde se consolida la “tutela judicial efectiva”, mediante la cual los ciudadanos tienen derecho a un acceso efectivo para plantear sus derechos; las cortes a dictar sentencias basadas en el equilibrio de la legalidad; y luego, quizás los más destacado, en dar el seguimientos a que se cumplan las sentencias y laudos arbitrales, figura muy utilizada y reconocida entre los chilenos.

Venezuela y Chile, son polos opuestos. Mientras los venezolanos libran una durísima lucha por sobrevivir, debido a la estructura de una dictadura basada en un narco-estado, virulento y perseguidor a la oposición, Chile ya es un país de primer mundo con demostraciones reales de crecimiento, y sobre todo, con una democracia sólida para enfrentar el futuro. (O)

Econ. Gerardo Maldonado

Econ. Gerardo Maldonado

Economista, abogado. Posgrado en Finanzas y Proyectos INCAE Bussiness School. Máster en Administración en Tecnológico de Monterrey. Actualmente cursa una maestría en Derecho de Empresas. Poeta y escritor.
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