Acompañando el año

En un brindis navideño de oficina escuché hacer referencia a una frase popular sobre qué es más importante: ¿El camino o el destino? A lo que se responde, “ni el uno ni el otro, sino la compañía.” ¡Qué poderosa contestación! Es así, muchos han recorrido un sendero con distintos tintes de luz, entre los cuales se vivieron experiencias únicas, algunos lloraron juntos, rieron más, se apoyaron, se ilusionaron y se dieron la mano para emerger de cualquier hallazgo. 

Esto aplica en todo ámbito, en sentido vertical y horizontal, como ocurre en la familia, con el esposo al lado, los padres arriba, los hijos abajo. En las empresas y emprendimientos, con sus colegas, trabajadores, y proveedores. Entre las amistades, con la amiga desde la adolescencia, el grupo de los deportes, los vecinos, los antiguos, los nuevos, los compadres. 

Cierto es que hay un liderazgo sobre cómo funciona un grupo. Alguien propone, alguien conoce más, alguien lo logra, alguien apoya más. Y en ese camino se acompañó desde lo material, lo emocional o lo espiritual. Cada aporte y cada informe, cada terapia y palabra de aliento, así como cada abrazo y oración, contribuyeron a serenar los andares para los destinos, porque toda decisión tomada buscaba un fin y necesitó de la presencia de muchos para conseguirlo. Y sin duda varias veces hubo que aceptar las providencias que llegaban a nuestras vidas sin gustarnos, para reconocer en ellas, la incomprendida protección que estaba detrás de un proyecto fallido, un aliado desmentido, la persona insincera, y entonces, dar paso a las bendiciones que sin pedirlas llegan, la armonía, la paz y la libertad.

Por lo general, se llama a la reflexión individual en el fin de año. Medirnos en relación a lo que hicimos bien, lo que se puede mejorar, lo que definitivamente hay que obviar y olvidar. En esta ocasión, creo que se puede hacer un reconocimiento sobre quiénes nos han acompañado en este caminar. Amar, valorar y recordar, serán acciones profundas para elevar a las personas que nos han hecho bien. Para las otras, aquellas que nos dejan un sinsabor, cautelar nuestros tiempos compartidos, así como las palabras que se les dirige, y orar, orar mucho por ellas, serán las tareas que a su favor asumiremos. Para usted y la estimada compañía que le rodea, ¡Feliz Año Nuevo! (O)

Lcda. Estefanía Chalco

Lcda. Estefanía Chalco

Magister en Gestión Cultural, Licenciada en Estudios Internacionales y Comercio Exterior. Ha ejercido funciones en el sector público y privado ante organismos internacionales. Gestora de proyectos sociales.
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