El aire y el entorno luego de las elecciones se volvieron dulces de pronto. Respiramos olorosos amaneceres que no podemos desperdiciar en bien de nuestro futuro como nación y pueblo. Increíblemente una gran parte del pueblo, reconocían ciegos y obtusos, la corriente maligna de la política mafiosa y corrupta de la asquerosa revolución ciudadana. Claro …


