
Ya no nos llama la atención que la sinvergüencería de los “robolucionarios” no tiene límites. Los “angelitos” convictos involucrados en el caso “Purga”, donde se descubrió una red de delincuencia organizada que compromete a ex funcionarios públicos, jueces y abogados, algunos con sentencias ejecutoriadas por múltiples delitos, como es el caso de Jorge Glas Espinel, a más de Pablo Muentes y Wilman Terán, han solicitado revisión de las medidas cautelares impuestas en su contra, buscando mediante habeas corpus dejar la penitenciaria de la Roca y salir a sus hogares para que les cuiden sus “mamacitas”. Aducen supuestamente la vulneración de sus derechos de salud, lo que impide precautelar su integridad física y mental. De estas pobres e indefensas creaturas, sus abogados argumentan que se deben revertir las medidas de prisión preventiva, para permitir que estos “angelitos” puedan defenderse en libertad. Arguyen que su salud se va deteriorando, que todos los días ven, duermen y sueñan con roedores (¡pobres animales!); que no se alimentan adecuadamente, que sufren de artrosis y espondilitis anquilosante, e incluso ya han tenido intentos de suicidio. Esta semana se hicieron dichas solicitudes, argumentando que en la Roca sufren tratos crueles e inhumanos, que les afecta psicológicamente el confinamiento; que en la prisión no existe luz suficiente (seguramente no pueden contar bien los billetes). Por lo tanto, piden ser trasladado de inmediato a la cárcel 4 de quito, si no es posible regresar a la casa de sus “progenitoras”. Los abogados del servicio penitenciario desmintieron estas calumnias, cuestionando que estos argumentos se repiten y son los mismos de una solicitud anterior de hábeas corpus, que fue rechazado por un tribunal de la corte nacional, en lo que se refiere a Wilman Terán. Obviamente los tres dicen ser inocentes y que son parte de un plan de persecución política (¡que sarcasmo!); y lo peor de todo, que existen muchos “borregos” que se hacen los ciegos y les solapan sus latrocinios. Es cierto que la cárcel debe ser un lugar indeseable para toda persona, pero esto debieron recapacitar mucho antes de cometer tanta fechoría. ¡Y no dudo que deben estar sufriendo de artritis, que pena, sobre todo en las articulaciones de los dedos de las manos, esto se debe sin duda por haber contado tanto billete mal habido! (O)