Encrucijada moral

Bridget Gibbs Andrade

En los próximos comicios presidenciales estaremos frente a una encrucijada moral. Con nuestro voto tenemos la posibilidad de cerrar para siempre la puerta de Carondelet a los que pretenden regresar y feriarse el Ecuador como lo hicieron durante el gobierno de Correa, hoy prófugo de la justicia. No me cabe en la cabeza que alguien cuya reputación está tan comprometida como en los chats de Verduga -también prófugo- que revelan cómo se estaba tramando un plan de corrupción al interior del CPCCS y en los cuales aparecen mensajes suyos con su alias, puede ser candidata a la presidencia del país. ¿Cómo es posible que las Mónicas, los ajíes con mote, las ranas René, las Minervas y los Jerónimos tengan todavía opciones de aspirar a un cargo público? Esta gente debería ser investigada por la Fiscalía, enjuiciada y llevada tras las rejas.

La imagen que proyecta la candidata no es más que un disfraz, una fachada que esconde intereses macabros de su jefe para pactar con las mismas fuerzas que mantienen al país en zozobra. Desgraciadamente, en la actualidad, la indiferencia ante los políticos mediocres y corruptos ha alcanzado niveles inconcebibles.

Es verdad que la corrupción en el país no se ha instalado hace poco. Es una constante que se ha mantenido durante años en los círculos de poder. Pero el problema crucial no está solo en los corruptos que ocupan cargos públicos, sino en la actitud pasiva de los ciudadanos que conociendo con santo y seña las trapacerías cometidas, siguen validando a los que han destruido el país económica y moralmente.

Ya es tiempo de entender que el porvenir del Ecuador está en la voluntad decidida de la sociedad que se niega a ser cómplice de la corrupción, la mentira y el latrocinio. Es hora de que dejemos de normalizar la delincuencia y el narcotráfico.

El próximo 13 de abril se jugará el destino de nuestro querido Ecuador. No se debe botar el voto en la RC5, brazo político que ha destruido, saqueado y convulsionado al país. Si los que están a favor de  que la delincuencia se instale eternamente en la presidencia con los que han instaurado el robo y la traición a la patria como algo aceptable y plausible, jamás podrán considerarse víctimas en el futuro, sino cómplices de haber ayudado con su voto a la prolongación de un sistema que bajo ningún punto de vista tiene ya justificación.  (O)

Lcda. Bridget Gibbs

Periodista y escritora. Norteamericana de nacimiento, pero cuencana de corazón. Radicada en Cuenca desde hace 45 años. Lleva una década colaborando con la página editorial de El Mercurio.

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