María y Ruth Naula son dos hermanas adultas mayores, quienes regresan todos los días a su casa, no les importa los riesgos, ni las advertencias de las autoridades por el macrodeslizamiento activo hace más de cuatro años en el cantón Nabón que afecta al barrio Rosas y los sectores Tamboloma, Bellavista y El Rosario.
Caminan por las grietas, miran las viviendas y los terrenos de sus vecinos que están abandonados porque colapsaron. Llegan a su casa, observan las paredes, los pisos y las puertas para ver si los daños empeoraron.
Según María, de 82 años, acuden a la vivienda para almorzar lo que preparan lejos de la zona de la tragedia, en una casa que arrendaron hace dos años, con la ayuda de un sobrino. El menú es generalmente un caldo de pollo, eso les avanza con el bono de desarrollo humano que cobra para sobrevivir.
No pierden la esperanza ante emergencia
En la misma zona, se la ve a María de Jesús Morocho, de 69 años, visitando su casa destruida por la falla geológica, con el propósito de alimentar algunos cuyes y cuidar de ciertas pertenencias que mantiene en el lugar. Vive cerca, en la casa que era de su madre (+), la cual también presenta daños, pero en menor cantidad por lo que todavía resulta habitable.
“Muchas familias se fueron por miedo, son pocas las que se quedaron para acostumbrarse a vivir con las constantes grietas y hundimientos”, comenta María de Jesús, quien recuerda que los primeros daños aparecieron en la capilla, luego en la terminal que se encuentra destruida, y avanzaron por las casas, terrenos y vías.
La esperanza de que todo pasará pronto la mantiene en el barrio, tratando de sobrellevar la situación, sin dejarse vencer por los peligros del movimiento de masas.
Olga Minga y Miriam Ochoa, madre e hija respectivamente, residen por el día en su casa llena de fisuras con las paredes cuarteadas y los pisos hundidos para trabajar en la costura. Lo poco que ganan cociendo vestidos y otras prendas de vestir les sirve para cancelar el arriendo de un cuarto para dormir en otro barrio alejado del centro de Nabón.
Olga, de 82 años, recuerda que el expresidente Guillermo Lasso ofreció un proyecto de vivienda que se truncó por el cambio de mandatario. Espera que el actual gobernante, Daniel Noboa, lo retome por la urgencia de los damnificados.
Obras de mitigación en Nabón
En la zona se ejecutaron obras de mitigación hasta el año 2023, con el afán de disminuir el avance del macrodeslizamiento. El Municipio construyó por 760 mil dólares el primero de los cinco muros de suelo reforzado requeridos, y, con el financiamiento del Gobierno por 2,1 millones, lo que fueron cunetas de coronación, drenes, subdrenes y pozos someros del estudio realizado para atender la emergencia.
Gerónimo Illescas, director (e) de Gestión Ambiental y Riesgos del Municipio, explica que las lluvias registradas, sobre todo, desde fines de 2024 hasta la fecha, afectaron algunos drenes e incrementaron los daños. Asegura que obras de mitigación faltan, y, se requiere de los 4,6 millones de dólares comprometidos por la administración del expresidente Lasso, para ejecutarlas y completar la intervención.
Asimismo, dijo que el Municipio entregó al Ministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano (MIDUVI) un terreno para que se construya un plan de vivienda para 56 damnificados valorado en 2,2 millones de dólares. “Conocemos que el MIDUVI está buscando los recursos para el proyecto según el último comunicado que recibimos en abril”, asevera Illescas.
La Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias (SNGRE) monitorea la zona afectada para evaluar el avance del macrodeslizamiento. Incluso, una inspección se realizó hace pocos días para recomendar al Municippio que se pase de la alerta naranja a la roja.
De acuerdo con Santiago Álvarez, analista de Riesgos de la Coordinación Zonal 6 de la SNGRE, se evitará así que las personas regresen a las viviendas, ya que la zona es demasiado inestable geológica y geomorfológicamente. “Las casas pueden verse bien en relación a otras, pero se encuentran en una zona compleja”, cita Álvarez.
El panorama es desolador, parece que un terremoto afectó el lugar. Sin embargo, los damnificados siguen de pie, esperando por la ayuda de las autoridades. -(I)
DETALLES
El primer muro construido de la contraparte municipal sirve para dar soporte a la vía principal que va por la terminal hacia el centro urbano.
Los daños, especialmente en el barrio Rosas aparecieron en marzo de 2021. La situación se agravó con el paso de los días.
El Municipio adecuó un espacio para albergar hasta el momento a cuatro familias damnificadas.
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