
Ubicada a solo seis kilómetros al norte de Cuenca, Sinincay ofrece una mezcla de paisajes naturales, tradiciones vivas, gastronomía típica y producción artesanal.
Es un destino ideal para quienes buscan recorrer rutas rurales, conocer oficios ancestrales y degustar sabores que han perdurado por generaciones.
Una de las actividades más populares es el senderismo. Hay caminos que atraviesan cerros, bosques y páramos, como el que conduce al Cerro Cabogana, un mirador natural con una vista panorámica de Cuenca. También es posible hacer ciclismo de montaña o trekking en estos parajes.
En la parte baja de la parroquia, en el sector de Racar, se encuentran las Cascadas del Cabogana, rodeadas de densa vegetación y aguas claras. En las caminatas, algunos visitantes logran avistar aves y conejos silvestres.
Otro lugar que se recorre a pie o en bicicleta es la Ruta de las Cascadas, un circuito natural que conecta varios atractivos.
En El Salado, se encuentran monolitos naturales, uno de ellos tiene un punto en el que brota agua salada, de ahí el nombre del sector.
Arquitectura
En el centro parroquial, la iglesia San Francisco de Sinincay es uno de los referentes. Su construcción tomó 27 años, hasta 1936. En sus alrededores se conservan casas tradicionales hechas con teja, adobe, carrizo y mármol.



La producción artesanal continúa viva en comunidades como Sigcho y El Chorro, donde aún se elaboran ladrillos y tejas, como se hacía décadas atrás.
Uno de los emprendimientos de la parroquia es Casa Matilde Apiario, iniciativa de Xavier Inga, que combina la apicultura con la experiencia turística. Los visitantes pueden aprender sobre las abejas, la recolección de miel y el papel de estos insectos en el ecosistema.
En la parte baja de la parroquia se encuentra el orquideario Ecuaflora, que cultiva miles de especies de orquídeas destinadas a la exportación a lugares lejanos como Taiwán y Japón. Está abierto de lunes a viernes, de 08:00 a 17:00.
Gastronomía
En el centro parroquial de Sinincay, Rosa Muñoz es propietaria del restaurante “Rosa Elina”. Prepara alimentos en horno de leña, incluyendo cuy, chancho, pollo, pavo y pernil. Explica que hornear un chancho puede tomar entre ocho y nueve horas. Además, ofrece almuerzos y platos típicos como seco de chivo, seco de lengua y caldos de pata, bagre o pollo.



A pocos metros, Mónica Méndez mantiene la tradición de los dulces caseros. Heredó las recetas de su madre y hoy produce higos con panela, dulces de leche, membrillo, capulí, durazno y pera, entre otros. Sus productos se venden en la parroquia y también se envían a Estados Unidos y España.
Durante junio, mes de fiestas, participa en ferias con dulces típicos de Corpus Christi como cocadas, cortaditos, rosquitas y alfajores.
En el sector de Fátima de Sinincay, Julia Campoverde atiende su local desde hace más de 50 años. Ofrece sancocho, fritada, morcilla, papas y cuyes. Abre de jueves a sábado, de 08:00 a 20:00.
En el sector Pampa de Rosas, Marco Maza elabora helados artesanales desde hace más de 30 años. Ofrece sabores como coco, mora y maracuyá, que se venden tanto en el barrio como de forma ambulante.
“Los primeros años no me salían tan bien”, admite. Sin embargo, tras numerosos intentos, perfeccionó su receta hace 25 años.(PNH)-(I)
DATOS
- Las líneas de buses 27 y 6 llegan hasta Sinincay. La primera circula por el centro parroquial y la segunda por el sector de Mayancela.
- Sinincay es una parroquia que mantiene vivas sus costumbres mientras abre nuevas rutas para el turismo rural. Una visita puede tomar medio día o extenderse.
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